La Dirección de Bromatología inició la campaña de prevención contra la triquinosis 2009.
La campaña constituye uno de los elementos fundamentales para el control y la prevención de la enfermedad.
A partir de hoy se realizan análisis gratuitos de los cerdos faenados en forma casera y un monitoreo de las carnicerías de todo el partido, retirando muestras en forma periódica.
También se llevarán a cabo los mismos monitoreos en las fábricas de chacinados. A los consumidores y a los comerciantes se entregarán folletos y afiches del plan de lucha.
Finalmente, se distribuirán raticidas a los sectores más comprometidos, destinados a combatir los roedores y prevenir así la triquinosis y las enfermedades zoonóticas como leptospirosis o hantavirus.
Triquinosis
La triquinosis o trichinelosis es una enfermedad infecciosa producida por un parásito, la Trichinella spiralis (es la variedad responsable en la Argentina de la totalidad de los casos observados), que afecta principalmente a los cerdos, pero también puede llegar a afectar a otros animales domésticos y salvajes. Este parásito se transmite al hombre con la ingestión de carne contaminada, cruda, mal cocida o mal procesada.
Según el SENASA los principales responsables de esta enfermedad son la crianza de cerdos en condiciones precarias, es decir en lugares que favorecen la proliferación de roedores y animales salvajes que pueden permitir la diseminación del parásito, y la faena no controlada o sin diagnóstico sanitario. Los animales infestados presentan un quiste de larvas de la triquinosis que, luego de ser ingerido, es digerido en el estómago o duodeno. Con la digestión, las larvas son liberadas, extiendiendose al intestino y se reproducen rápidamente.
En un lapso de semanas, se produce una invasión larvaria en todo el organismo, a través de flujo sanguíneo y vasos linfáticos. Finalmente, algunas alcanzan los músculos, causan inflamación en estos y se enquistan.
Por eso, cuando se consume carne fresca de cerdo o de animales de cacería, ésta debe cocinarse bien, es decir que el calor llegue hasta el centro del corte, de tal forma que una vez trozado cocinado, no presente coloración rojiza ni se vea la presencia de sangre. Debe tenerse en cuenta que el salado o el ahumado de las piezas de carne son insuficientes para matar al parásito de la triquina,