Comenzó hoy el Juicio Oral y Público en la causa 2710 por el homicidio del joven Gonzalo Rojas, ocurrido el 21 de Diciembre del año 2005.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, integrado por los doctores Cristian Eduardo Ramos, María Belén Ocaris y Regina Cucit (de San Pedro) escuchó hoy el extenso testimonio del único imputado del crimen, el policía Luis Castañares, quien habló sobre los episodios ocurridos esa madrugada.
Castañares ratificó gran parte de las declaraciones que había formulado en la investigación y rompió en llanto al recordar que durante los últimos años no pudo estar con sus hijos, y que su esposa debió transformarse en el sostén económico de su familia.
Rojas murió luego de recibir un disparo por la espalda luego de una persecución policial, presuntamente cuando escapaba de los techos de un comercio ubicado en 3 de Febrero y Padre Santana.
Castañares sostuvo que los jóvenes (Rojas estaba acompañado por otro menor) estaban sobre los techos de un comercio y que encontraron al momento de llegar al lugar daños en una panadería y en un kiosco.
Siguiendo la línea de declaraciones que mantuvo durante todo el proceso, el policía dijo que subió al techo con una pistola martillada en una mano y una linterna en la otra, que tropezó con un desnivel, cayó hacia adelante y se disparó el arma. Sin embargo, sostiene que el proyectil no se dirigió al lugar en donde podía divisar “la silueta” del joven que escapaba y luego terminó muerto.
De tal forma, ratifica la hipótesis de que no fue su arma la que efectuó el disparo que terminó con la vida de Gonzalo.
Otros efectivos policiales también dispararon en el mismo episodio, aunque la bala que mató a Rojas no pudo ser hallada para incorporarse como prueba a la causa.
En la parte sustancial de su declaración, Castañares sostuvo que, al salir del Hospital, “Llul tiró el arma arriba del movil" y dijo “No se lo que me pasó, como atribuyéndose el hecho, por eso yo me quedé tranquilo”.
En otro orden, Castañares agregó: “Si yo quería ocultar el hecho podría haber lavado el arma, cambiarle el cañón y un montón de otras cosas. Yo fui a trabajar como todos los días a defender a la gente que me estaba llamando. Yo salí a trabajar y mis hijos estaban esperando. No soy un asesino, no fui a matar”.
[Imágenes "San Pedro Televisión"]