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Un momento del discurso, con el monumento de fondo |
El siguiente es el texto completo del discurso brindado esta tarde por la Presidena Cristina Fernández de Kirchner en Vuelta de Obligado:
“Estamos cumpliendo con una deuda histórica de los argentinos con su historia, como es recordar una epopeya como fue la Vuelta de Obligado, premeditadamente ocultada desde hace 165 años por la historiografía oficial.
En este lugar, en donde hemos emplazado este monumento histórico, estas cadenas recuerdan a las cadenas que por orden del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, el general Lucio Mansilla y sus tropas cruzaron en el río para que la flota anglofrancesa no pudiera pasar.
Corrían tiempos en los cuales, como en tantos otros tiempos de estos doscientos años del bicentenario, potencias extranjeras querían dividir al país para apoderarse de los recursos.
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El momento en que se descubrió el monumento |
Buques de guerra, acompañados de buques mercantes, en nombre del libre comercio, pretendían transformar el Río Paraná en un río internacional. Pero iban por más. Venían para separar las provincias y conformar la república de la Mesopotamia, entonces el Paraná iba a ser internacional y nosotros más chicos. Buques de guerra y mercantes en los que no venían solamente ciudadanos ingleses o franceses. También de la Confederación Argentina, y Comunitarios que habían llegado a Montevideo y venían en las mismas naves que iban a invadir su tierra, su patria.
El otro día leía unas letras que decían que esos cañonazos se vienen sucediendo a lo largo de la historia, en esta división de los que amamos y queremos al país y a los que sin darse cuenta o dándose cuenta son serviles a los intereses foráneos.
Recordamos la valentía de esos hombres, la decisión de Rosas, del General Mansilla, soldado con honor que, al frente de sus tropas comandó la batería de la Vuelta de Obligado, que no pudo impedir por la superioridad numérica y militar el paso de los barcos. Pero había que debilitar a los buques mercantes. Mientras no podían pasar eran bombardeados en una verdadera guerra de guerrillas que sucedió aquí, río arriba y cuando bajaron.
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Las llamas adornaron la inauguración |
Tuvieron que rendirse, tuvieron que saludar al pabellón nacional con veintún cañonazos, pese a que eran muy superiores en poder militar y armamento. Pero militares y pueblos unidos en un solo fusil, en un solo cañón que los enfrentó.
Pero también hubo mujeres. Aquí pelearon mujeres de San Pedro y San Nicolás. No quiero olvidarme de María y Josefa Ruiz Moreno, de Rudecinda Porcel, de Carolina Nuñez, Francisca Navarro, Faustina Pereyra, todas ellas comandadas por Petrona Simonino.
Seguramente deben tener algún nombre esas calles para San Pedro y San Nicolás, y si no lo tienen sería bueno que vayan pensando en esos nombres. Tantas calles, tantas avenidas con el nombre de argentinos que no supieron servir a ese país. Esas mujeres merecen el nombre de una plaza o de una calle.
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El público frente al escenario |
Quiero rendir homenaje y reconocimiento a esos hombres y mujeres. Siempre me preguntaré por qué en la escuela nos enseñaron con muchísimo detalles cada una de las campañas con las que pretendieron liberarnos del yugo español. Pero se ocultaron deliberadamente las luchas contra el colonialismo que aún subsiste en las islas Malvinas. Creo que no es casualidad. Creo que es imposible luchar por la verdadera unidad nacional. El mejor homenaje que podemos hacer a estos hombres y mujeres es precisamente entender la necesidad de la unidad nacional, no como un objetivo reclamativo sino como un instrumento para lograr una gran nación como soñaron Rosas, San Martín, Belgrano, Moreno, Monteagudo, y él también (con voz quebrada y luego de que un militante gritara el nombre de Néstor Kirchner). Los anónimos, los no reconocidos, los tantos argentinos que dieron su vida por vivir en una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, más democrática, más de todos.
Este monumento es para todos los argentinos y quiero saludar desde aquí a los cuarenta millones de compatriotas y convocarlos a nuevas gestas. No será necesario cruzar cadenas ni utilizar cañones, será necesario despojar nuestras cabezas de las cadenas culturales que durante tanto tiempo nos han impuesto. Y que son más fuertes, más invisibles y más dañinas que los cañonazos. Porque muchas veces nos hacen ver las cosas, no con el cristal de la patria, sino de los intereses de otro. Por eso quiero saludarlos a todos en este 20 de noviembre y que sea símbolo de dignidad nacional y de soberanía para defender a al patria.