La Cámara de Diputados bonaerense aprobó por unanimidad y giró al Senado un proyecto por el cual se buscará prohibir la fabricación, venta y distribución de termómetros y tensiómetros que contengan mercurio en la provincia de Buenos Aires.
Se trata de una iniciativa impulsada por el diputado del GEN, Juan Carlos Juárez, luego de un trabajo realizado por le ONG Salud sin Daño para eliminar el mercurio de la medicina por el riesgo que implica para el medio ambiente y la población.
Cabe recordar que el legislador había presentado el mismo proyecto de ley que fue aprobado por la Cámara joven, aunque no obtuvo el mismo resultado en el Senado; por ello Juárez insiste con esta iniciativa, esperando que sea convertida en ley a la brevedad.
De sancionarse, el Poder Ejecutivo deberá confeccionar un registro de las firmas que producen termómetros y tensiómetros que no utilicen mercurio, con la finalidad de orientar las compras de los hospitales públicos y de los prestadores de salud del sector privado.
También prevé la realización de un inventario de los insumos, reactivos químicos y dispositivos médicos que contengan mercurio y que puedan de ser reemplazados gradualmente por otro tipo que garanticen, como mínimo, la misma eficacia. El tiempo estipulado para el cambio es de 10 años.
“Los estudios realizados por distintos organismos han demostrado que es posible ir reemplazando gradualmente los insumos y dispositivos médicos que contienen mercurio, por otros menos contaminantes, que brindan la mismas prestaciones con calidad y exactitud similares y sin incrementar los costos”, destacó Juárez.
Entre los dos elementos que no podrán comercializarse en la Provincia, el más peligroso es el tensiómetro que contiene entre 80-100 gramos de mercurio, es decir una cantidad equivalente a 80-100 veces la contenida en un termómetro.
El riesgo sobreviene a la rotura de estos insumos que “no se circunscribe al ámbito hospitalario sino que también es frecuente en el hogar”, explicó el legislador.
“Sostener esta situación implica un serio riesgo para los trabajadores de la salud y las personas por ellos atendidas, en primera instancia y desde una perspectiva más amplia constituye un peligro para el medio ambiente y la población en general”, aseguró Juan Carlos Juárez.