El segundo comandante del ARA General Belgrano, Capital de Navío Retirado Pedro Luis Galazi, disertará hoy las 20 en el Centro de Comercio e Industria en un encuentro organizado por la Asociación de Veteranos de Malvinas de San Pedro y auspiciado por la Dirección de Cultural municipal.
Galazi se referirá a la experiencia vivida a bordo del crucero General Belgrano el 2 de mayo de 1982, cuando fue impactado por dos torpedos de los tres disparados desde un submarino británico.
En una entrevista brindada por el segundo comandante al diario Clarín, relató: “Los torpedos estallan bajo la línea de flotación, y cuando se producen los impactos, no se puede decir que se haya visto fuego. En ese momento yo estaba en mi camarote, pero no hay testimonios de ninguno de los tripulantes que estaban en cubierta de que se hubiera producido fuego. El buque no estalló ni mostró llamas al exterior, si bien se incendió por dentro”.
También recordó la tercera explosión. “La doctrina naval dice que contra buques de 180 metros como era el General Belgrano, debían dispararse tres torpedos, y así lo hicieron. Uno impactó en la proa, otro en la popa, y un tercero se perdió sin dar en el blanco. Pero se oyó una tercera explosión, aunque no se puede asegurar si fue por la autodestrucción del tercer torpedo, o por estallido de nuestra caldera. Sin embargo, hasta el destructor que nos escoltaba sintió esa vibración, tan fuerte que pensaron que les habían dado a ellos”, recordó.
El crucero General Belgrano tenía 1.093 tripulantes, de 17 a 50 años de edad. Su hundimiento dejó un saldo de 323 muertos y desaparecidos. Se estima que unos 315 tripulantes murieron de forma casi instantánea por la onda explosiva que atravesó todas las cubiertas.
A los 20 minutos de los impactos, se dio la voz de abandono. El buque estaba cerca de dar una vuelta de campana, el frío era intenso, había niebla y los hombres abordaron las balsas (algunos de ellos murieron por las bajas temperaturas).
Galazi, como segundo comandante, fue responsable de la evacuación. Él estuvo 36 horas en su balsa antes de ser rescatado. “Es una situación trágica, uno confía en un ser superior que lo va a salvar, en la fe. Éramos veinte, en cuclillas, esperando. Uno sabe que pasadas ciertas horas se acaba la comida y el agua, y se muere. Es poco lo que se puede hacer”, indicó en la nota publicada por el diario citado.
La Armada nunca suscribió la teoría del “acto criminal” por parte de Margaret Tatcher. Para la Armada, el buque estaba “donde debía estar”, y “en una acción de combate”, suelen recordar en cada aniversario los jefes navales.
Para Galazi, “la situación de la zona de exclusión se entiende muy bien delante de un escritorio en un estudio de abogados, pero en las tácticas navales y en el mar es distinto. Nuestra gente estaba en sus puestos de combate. Si veíamos un buque inglés, le tirábamos”.
Esta noche es una buena oportunidad para escuchar de primera mano el interesante relato del segundo comandante, con entrada libre y gratuita.