Condolencias de Sociedad Rural por la muerte Luciano Miguens, fundador de la Mesa de Enlace

La Sociedad Rural de San Pedro compartió sus condolencias con la familia y amigos de Luciano Miguens, ex presidente de la Sociedad Rural Argentina.  El dirigente agropecuario y criador de caballos criollos marplatense tenía 85 años. 

Dos sampedrinos quedaron atrapados en un cráter en La Rioja y debieron ser rescatados

Dos turistas sampedrinos fueron rescatados por Gendarmería del cráter de Corona del Inca, en plena cordillera riojana, donde soportaron embates de viento blanco y una noche con temperaturas de hasta 15 grados bajo cero.
El mecánico Martín Iturburu y el bioquímico Adrián Gustavo Spoti, ambos de San Pedro, integraban una caravana que no había dado aviso a Gendarmería ni a los guardafaunas.

Todo comenzó el sábado cuando cinco vehículos todo terreno llegaron a Vinchina. Se juntaron en el refugio El Peñón, con el objetivo de llegar al cráter del Corona del Inca, un volcán extinguido a 5.530 metros de altura. Luego pasaron por Jagüé, ultima localidad poblada y sede de los guardafaunas. No contrataron guía, condición indispensable para hacer un recorrido de aventura por el lugar.
Iturburu, que anoche estaba regresando a San Pedro, contó a Clarin que en otro vehículo de la expedición iba un alpinista que había subido al Aconcagua y que él ya había estado en el Corona del Inca, “pero en auto y acompañado de mi esposa y mis hijos”.
Durante el trayecto cordillerano, que implica introducirse unos 40 km por huellas, que en parte son lecho de un río, tres vehículos se quedaron. Los otros dos llegaron a la ladera del volcán. Pero sólo Iturburu y Spoti, a bordo de una 4x4 Nissan Terrano II, lograron subir la empinada ladera e introducirse en el volcán. El cráter tiene 5 km de diámetro y un lago cristalino de 2 km de ancho y 1 de largo.
“El suelo es de material muy pedregoso, acentuado por las últimas lluvias. La camioneta se comenzó a deslizar –comentó el mecánico– hasta que se clavó contra unas piedras. Eran las siete de la tarde y nos dimos cuenta de que tendríamos que hacer noche ahí”.
Por consejo del andinista habían llevado “agua y barritas de cereal. Comimos y nos tapamos con una manta. Cada media hora encendíamos 15 minutos la calefacción de la camioneta, que en los vidrios tenía hielo. El sensor de temperatura indicaba 15° bajo cero”.
Afortunadamente los que se habían quedado lograron regresar a Vinchina y dieron aviso a Gendarmería, que envió al día siguiente una patrulla en Unimog integrada por el suboficial principal Angel Rafael Rivero, el sargento ayudante Nicolás Castro y el gendarme Guillermo Bordón.
Rivero fue a pie y los encontró bien de salud pero muy afectados por el clima y la altura. Cargó las mochilas y regresó con ambos turistas. El ascenso fue dificultoso por la altura, y por el estado de ánimo de los turistas, a quienes tuvo que alentar para que continuaran. Los instaba a caminar diez pasos, descansar y seguir. Con ese ritmo pudieron llegar a la cima.
Iturburu intentó dos veces rescatar la camioneta, una de ellas con una máquina vial, pero debieron desistir. “Le dejé la llave a un baqueano y debo volver en poco tiempo, porque en abril las condiciones para subir son mucho más peligrosas”.