Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Dos cuevas prehistóricas en el Bajo Tala

Integrantes del Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”, encontró dos grandes cuevas prehistóricas en la zona del Bajo Tala.
El descubrimiento se produjo en un sector de altas barrancas, y consiste en dos llamativas estructuras circulares rellenas de finas láminas sedimentarias.
El Bajo del Tala está ubicado en un sector de amplios humedales ubicado al este de San Pedro, provincia de Buenos Aires, por el que fluyen el Arroyo “El Tala” y el Río “Arrecifes”, siendo este último, el límite natural con el partido de Baradero.
Parte de ese sector pertenece a Empresa “Spósito”, firma arenera de la zona en cuyo predio el Museo de San Pedro ya había detectado la existencia de un importante yacimiento de fauna del Cuaternario en 2001.
En el campo de la firma existe un amplio frente de barrancas que alcanzan los 15 metros de altura conformadas por depósitos sedimentarios cuya antigüedad máxima ronda los 800.000 años. En la base de esas barrancas fueron detectadas las cuevas.

Según describen desde el Museo Paleontológico de San Pedro, “Las cuevas descubiertas en los últimos días presentan una forma circular bastante marcada con un achatamiento pronunciado hacia la base de las mismas. El diámetro de la más chica es de 1,20 metros, mientras que la más grande alcanza 1, 50 metros de ancho y 1, 40 metros de altura.
Ambas estructuras están rellenas por delgadas láminas de barro solidificado que fueron depositadas en su interior durante sucesivas inundaciones que las anegaron en diferentes épocas, posiblemente después de ser abandonadas por sus constructores.
Sólo unos 30 metros separan a las dos cuevas. La más grande está excavada en un nivel un tanto inferior a la más pequeña y ambas presentan orientaciones diferentes. La entrada de la más grande apunta al noreste, mientras que la más chica se orienta al oeste.”
Estas grandes cuevas fueron utilizadas como refugio y madriguera por grandes mamíferos que vivieron durante el Cuaternario de la región pampeana. Por las dimensiones que presentan estas halladas en San Pedro, se infiere que fueron construidas por alguno de los géneros de perezosos gigantes menos corpulentos, ya que las dimensiones de estas bestias permiten asociarlas a este tipo de estructuras.
Al respecto, el  Dr. Eduardo Tonni, investigador del CONICET y Jefe de Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata, que colaboró con de este hallazgo, comenta que:
“Los milodontidos Scelidotherium y Glossotherium, han sido postulados como los posibles constructores de las cuevas de tamaño grande a mediano (entre 1,5 a 2 m o más de diámetro) mientras que algunos armadillos gigantes como los Pampatherium pueden haber construido las cuevas de menores dimensiones (hasta 1 m de diámetro).  En raras ocasiones estas cuevas no han sido rellenadas posteriormente por sedimentos (como el caso de las de San Pedro) por lo cual se han podido observar los rastros dejados en las paredes por las uñas de sus constructores. En base  a estos rastros se ha podido determinar quiénes las excavaron. Por otra parte, estas grandes cuevas fueron a veces ocupadas por otros moradores, una vez que fueron abandonadas por sus dueños. Es el caso de los osos extinguidos (Arctotherium) que fueron hallados en una cueva localizada en una cantera en explotación en las proximidades de la localidad de Cobo, sobre la Ruta Nacional 2, cerca de Mar del Plata.
Cabe destacar que estas grandes cuevas son exclusivas del Pleistoceno de América del Sur,  pues justamente en este subcontinente vivió durante ese momento del tiempo geológico una fauna donde predominaron los grandes mamíferos (muchos de más de una tonelada de masa corporal) capaces de construirlas.