Integrantes del Grupo
Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico “Fray Manuel de
Torres”, encontró dos grandes cuevas prehistóricas en la zona del Bajo Tala.
El descubrimiento se produjo en un
sector de altas barrancas, y consiste en dos llamativas estructuras circulares
rellenas de finas láminas sedimentarias.
El Bajo del Tala está ubicado en
un sector de amplios humedales ubicado al este de San Pedro, provincia de
Buenos Aires, por el que fluyen el Arroyo “El Tala” y el Río “Arrecifes”,
siendo este último, el límite natural con el partido de Baradero.
Parte de ese sector pertenece a
Empresa “Spósito”, firma arenera de la zona en cuyo predio el Museo de San
Pedro ya había detectado la existencia de un importante yacimiento de fauna del
Cuaternario en 2001.
En el campo de la firma existe un
amplio frente de barrancas que alcanzan los 15 metros de altura
conformadas por depósitos sedimentarios cuya antigüedad máxima ronda los
800.000 años. En la base de esas barrancas fueron detectadas las cuevas.
Según describen desde el Museo Paleontológico
de San Pedro, “Las cuevas descubiertas en los últimos días presentan una forma
circular bastante marcada con un achatamiento pronunciado hacia la base de las
mismas. El diámetro de la más chica es de 1,20 metros, mientras
que la más grande alcanza 1, 50
metros de ancho y 1, 40 metros de altura.
Ambas estructuras están rellenas
por delgadas láminas de barro solidificado que fueron depositadas en su
interior durante sucesivas inundaciones que las anegaron en diferentes épocas,
posiblemente después de ser abandonadas por sus constructores.
Sólo unos 30 metros separan a las
dos cuevas. La más grande está excavada en un nivel un tanto inferior a la más
pequeña y ambas presentan orientaciones diferentes. La entrada de la más grande
apunta al noreste, mientras que la más chica se orienta al oeste.”
Estas grandes cuevas fueron
utilizadas como refugio y madriguera por grandes mamíferos que vivieron durante
el Cuaternario de la región pampeana. Por las dimensiones que presentan estas
halladas en San Pedro, se infiere que fueron construidas por alguno de los
géneros de perezosos gigantes menos corpulentos, ya que las dimensiones de
estas bestias permiten asociarlas a este tipo de estructuras.
Al respecto, el Dr. Eduardo Tonni, investigador del CONICET y
Jefe de Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata, que colaboró con de
este hallazgo, comenta que:
“Los milodontidos Scelidotherium
y Glossotherium, han sido postulados como los posibles constructores de las
cuevas de tamaño grande a mediano (entre 1,5 a 2 m o más de diámetro) mientras que algunos
armadillos gigantes como los Pampatherium pueden haber construido las cuevas de
menores dimensiones (hasta 1 m
de diámetro). En raras ocasiones estas
cuevas no han sido rellenadas posteriormente por sedimentos (como el caso de
las de San Pedro) por lo cual se han podido observar los rastros dejados en las
paredes por las uñas de sus constructores. En base a estos rastros se ha podido determinar
quiénes las excavaron. Por otra parte, estas grandes cuevas fueron a veces
ocupadas por otros moradores, una vez que fueron abandonadas por sus dueños. Es
el caso de los osos extinguidos (Arctotherium) que fueron hallados en una cueva
localizada en una cantera en explotación en las proximidades de la localidad de
Cobo, sobre la Ruta Nacional 2, cerca de Mar del Plata.
Cabe destacar que estas grandes
cuevas son exclusivas del Pleistoceno de América del Sur, pues justamente en este subcontinente vivió
durante ese momento del tiempo geológico una fauna donde predominaron los
grandes mamíferos (muchos de más de una tonelada de masa corporal) capaces de
construirlas.