Este Jueves 7, de 9 a 13 hs., la Estación Experimental
INTA San Pedro realizará una jornada sobre la temática del agregado de valor
como contribución y apoyo de los trabajos en marcha y los futuros que puedan
explorarse.
La propuesta "El valor
agregado en la producción primaria" se extiende a profesionales, productores, emprendedores,
estudiantes, e interesados que quieran participar de la jornada que tendrá
lugar en el km 170 de la ruta 9, oportunidad en la que disertarán profesionales
del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
En esta oportunidad, el Dr.
Héctor Niubó presentará “Denominación geográfica y de origen”; y el Ing.
Agustín Sola “Sello de calidad: Alimentos Argentinos”; finalizando con una
experiencia de agregado de valor en mostaza a cargo de Sr. Fernando Sotz, del
Establecimiento Colonia, Cafferata, Santa Fe.
Entre las actividades que impulsa
el INTA San Pedro para agregar valor a la producción primaria en pos de generar
mejores recursos y calidad de vida a quienes integran el sector agropecuario,
se destacan casos con batata, arándanos, durazno y kiwi. Los viveros se
constituyen en un potencial para trabajar la identidad local, la marca y la
calidad.
Se dice que son los detalles los
que establecen el valor agregado de los productos y/o servicios y que la tendencia actual de la producción
competitiva, pretende alcanzar el mayor valor del producto obtenido en el
campo. En los caminos para lograr esto, se puede diferenciar la producción y
por ende aumentar su valor o mejorar las posibilidades de comercialización, a
través de la obtención de certificaciones que aseguren que el cultivo se
desarrolló en lugares geográficos especiales, o con métodos de producción con
ciertas características que los hacen diferentes, con respecto a otros que no
las poseen. La integración de la producción agropecuaria con la industria
constituye otro enfoque en la temática. En este sentido, se comparten algunas
experiencias que se llevan adelante con la coordinación de técnicos del INTA, y
otras que áun se están explorando.
Tal es el caso de la cooperativa
Alimentaria San Pedro, una agroindustria recuperada que actualmente elabora
dulces sólidos de membrillo, arándanos y principalmente batata con productos de
la zona de San Pedro y de otras zonas del país. Comercializan con una marca
local y están vinculados a INTA a través del Programa Cambio Rural, programa de
Intervención del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. “Dentro de las actividades realizadas en
conjunto se encuentran el apoyo a la comercialización, esto es, búsqueda de
mercados alternativos, mejora en la presentación de productos, capacitación y
promoción”, explica la Ing.
Agr. Laura Hansen, a cargo de la Agencia de Extensión Rural
en San Pedro. A través de la Fundación ArgenInta se han realizado clínicas de
testeo de productos con los consumidores y estudios de mercado a fin de
analizar el producto con relación a sus consumidores y así encontrar nichos de
mercado para nuevos productos. Los proveedores de materias primas son fundamentalmente
de la zona de San Pedro, tanto batata como arándanos. En el caso de los últimos
es necesario realizar acuerdos con productores de San Pedro para lograr
abastecimiento continuo de la materia prima a lo largo del año. “Actualmente se
han diversificado e incorporado nuevas producciones como la presentación de
dulce sólido de arándanos en paquete de 1/2 kilo y presentación de lata de 700
grs., ambas también en bajas calorías. Se renovó el diseño del envase y se incorporó de la leyenda ‘Elaborado en San
Pedro’. Todas las presentaciones tienen el mismo estilo de diseño, adoptando la
guarda pampa como símbolo de tradición, asociado a los dulces”.
Calidad de alimentos
Otra de las experiencias, también
con batata, se llevan adelante desde la Experimental San
Pedro. Los Ings. Agrs. Héctor Martí y Graciela Corbino, con su equipo de
trabajo desarrollan alternativas para agregar valor a este cultivo. “En 2010
obtuvimos Colorado INTA, una batata que tiene mayores propiedades saludables,
lo que es un valor agregado que debería certificarse por medio de un protocolo
de producción”, cuenta orgulloso Héctor Martí, referente en investigación de
este cultivo. También se ha trabajado en
la elaboración de dulce de batata hecho con material sin pelar, en un intento de
lograr mayor contenido de compuestos saludables en el producto. “Si bien
logramos resultados satisfactorios en laboratorio, hay que seguir ajustando el
proceso en la industria”. También se probó en laboratorio, la elaboración de
dulce de batata con el agregado de otras frutas, como ciruela, con resultados
también muy buenos en cuanto al aumento de capacidad antioxidante. El potencial de la batata para agregarle valor
es muy amplio. “Desde el simple agregado de un film plástico individual a
batatas lavadas para ser cocinadas al microondas, hasta la elaboración de
bioetanol, por ejemplo”, afirma Martí y recuerda el Convenio de Vinculación
Tecnológico con una empresa para seleccionar variedades con mucho almidón, que
es la base para el etanol. "En este
sentido, hay que estudiar, preferentemente junto con los potenciales clientes
hablando de empresas y productores, la viabilidad de las diferentes
alternativas”.
Foros de encuentro
Experiencias con frutas como el
kiwi de Mar del Plata y duraznos del NOA, representan otras experiencias
valiosas que si bien no son locales, se enmarcan en el Proyecto Integrado de
Poscosecha e Industrialización de Frutas coordinadas por el Ing. Agr. Ricardo
Murray, del INTA San Pedro. “Estamos desarrollando tecnologías para el agregado
de valor en origen de 15 frutas en 20 unidades del INTA, entre Estaciones
Experimentales Agropecuarias e Institutos. Una de nuestras mayores apuestas son
los Foros, ya que pretenden operar en el núcleo de la innovación, donde los
actores de un territorio vinculados a una cadena agroindustrial se encuentran
para reconocer sus problemas y buscar juntos sus soluciones”, compartió Murray.
Tales son los casos del Kiwi de Mar del Plata, donde se formó una cámara y se
está trabajando en una marca colectiva bajo un protocolo de calidad que enfoca
hacia Global Gap; y el de los Duraznos del NOA donde se hace con un protocolo
de calidad con énfasis en la cuestión de la madurez y el sabor de la fruta, y
se orienta hacia una forma de asociativismo entre operadores.
Viveros
Con respecto a vivero, la certificación de la calidad de las plantas,
que hoy es una normativa en cítricos, podría pensarse como agregado de valor. “La comercialización de plantas de
la zona de San Pedro podría constituirse
en atributo en cuanto a la zona geográfica, lo que otorgaría un valor agregado a la producción. Para ello,
habría una instancia previa para trabajar la calidad de las plantas”, expresó
Hansen.