El periodista Carlos Arasaki, publicó,
en la página deportiva “Augol”, un artículo en el que equipara al equipo olímpico
argentino con el Barcelona de España.
En una original comparación, el
autor explica: “¿Puede la delegación argentina en Londres 2012 verse reflejada
en ese emblema llamado Barcelona que enalteció los mejores valores del deporte
en los últimos años? Augol así lo cree y destaca las máximas esperanzas
olímpicas nacionales con cada jugador del equipo que viene inspirando a
millones los últimos años. Una forma diferente de palpitar el inicio de los
Juegos Olímpicos”.
El sampedrino Julio Alsogaray
ingresa en el listado como el “Abidal” del equipo. Este es el texto:
“Para Julio Alsogaray, que no
haya viento significa una frustración. Porque para poder rienda suelta a su
pasión, a la actividad más importante de su vida, necesita indefectiblemente
del guiño de la naturaleza. Simple. Si no hay viento, el barco no se mueve y no
se puede competir. A Eric Abidal pareciera sucederle lo mismo. El destino no le
hizo precisamente un guiño, pero cada vez que la vida lo puso a prueba, él
respondió. El francés luchó y lucha contra viento y marea. Hace dos meses fue
trasplantado con éxito de un tumor en el hígado y ahora continúa el proceso de
recuperación. No pelea sólo para continuar viviendo con normalidad. Lo hace
porque sueña con seguir jugando en el mejor equipo de la historia.
A Abidal no lo detiene el viento
que necesita Alsogaray. Al contrario. Su presencia fortalece a ambos. Los hace
arrojarse a la superficie (terrestre, acuática) para sonreír con lo que más
disfrutan y desatar su pasión como la furia de los mares. Con esa enjundia irá
el velista a los Juegos Olímpicos. Con el deseo intacto de una gloria traducida
en medalla que cuatro años atrás, en Beijing, no llegó a ser tal y se corporizó
en un dignísimo diploma.
El oriundo de San Pedro, que
nació exactamente cinco meses después que Abidal (11/09/1979 y 11/04/1980)
competirá en sus segundos Juegos. Tras esa exitosa primera experiencia,
Alsogaray siempre se mantuvo en el lote de los 10 mejores del Ranking Mundial
ISAF de la clase Laser.
“El proceso rumbo a los Juegos es
lindísimo. Ser olímpico ya no me causa satisfacción, lo que me generará eso
será conseguir el resultado deseado. Voy a dar lo mejor. Me resulta extraño
ponerme como favorito. No importan los demás; depende de mí. Si corro de manera
sobresaliente, terminaré entre los tres primeros. Si lo hago muy bien, entre
los cinco; si tengo un desempeño regular, entre los siete”, le comentó el N°2
del mundo a El Gráfico un mes atrás.
Julio, con la madurez de sus 32
años y más de dos décadas de experiencia en este deporte, no tiene soberbia ni
falsa modestia. Posee la confianza y la mentalidad de los ganadores. La misma
que tuvo Abidal cuando, en noviembre de 2010 y tras vencer 2-1 a Inglaterra con el
seleccionado galo, dejó una nota en el vestuario de Wembley con la frase
“Volveré en mayo para la final”, en alusión a la definición de la Champions. Tal como
prometió, el defensor no sólo se recuperó para jugar aquella final, sino que
fue el primero en alzar la Copa
porque Puyol le cedió la cinta de capitán para la entrega de premios.
De ese fuego también está marcado Alsogaray, que levanta la cabeza y le
pone el cuerpo a la búsqueda de gloria con la siguiente declaración de
principios: “El diploma ya lo tengo en mi casa. Iré a competir por las
medallas; soy capaz de ganar una. Para mí es natural querer finalizar entre los
mejores”.