La sesión especial del Concejo Deliberante que se realizará este Jueves se ha transformado en el principal (y casi único) motivo de preocupación de la mayor parte de la dirigencia política sampedrina.
En un clima enrarecido, versiones de amenazas y presiones políticas, y hasta de oferta de dinero a cambio de votos, se escuchan en los pasillos del palacio municipal, en las unidades básicas y en los comités.
A esta hora, cuando falta poco más de un día para la sesión, todo parece indicar que habrá cambio de titular en el deliberativo y que el próximo presidente será peronista.
Martín Pando cuenta con apenas seis adhesiones seguras, y dudas sobre la actitud que asumirán los ediles del ARI. Una versión de esta mañana, no confirmada por ningún vocero de la fuerza, indica que podrían abstenerse.
Los pedidos de licencia fueron, en este caso, la clave para que la continuidad de Pando esté más que nunca en la cuerda floja.
La ausencia en el recinto de Mario Sánchez Negrete (de viaje) le dio ingreso al suplente Diego García (del ARI). Y la de Norberto Atrip, cuyo voto era una incógnita, al guaconista Martín Noseda.
Con las licencias, las dos bancas pasaron de significar un voto y medio a favor del presidente a ser un voto y medio en contra.
Pero desde el “acuerdo peronista” también surgieron interrogantes, ligados a lo que harán Carlos Casini y Damián Mosquera a la hora de votar.
Si bien Casini forma parte del principio de acuerdo con el oficialismo, y pasaría a integrar el próximo gabinete, las presiones del sector sindical duhaldista en la última semana “recordándole” que llegó a la banca gracias a ellos y que no sería conveniente que levante la mano en contra de Pando, podría provocar reacciones de último momento. Incluso, hay preocupación sobre la posible presencia en el recinto de sectores gremiales.
El apoyo sindical a Pando, en este caso, sería una retribución al proyecto de resolución presentado el año pasado por el titular del HCD para rechazar al cambio en el régimen de trabajo agrario.