La Sociedad Rural
de San Pedro dio a conocer un duro comunicado titulado “Sembraron vientos…” en
el que cuestiona al gobierno nacional y se revindica la marcha opositora de la
semana pasada.
Entre otros conceptos, hablan de “reparto de limosnas”, “lavadores
de cerebros”, “el delirio de épocas pasadas” y “nostalgia resentida”, pese a
que sostienen que la manifestación contra
el gobierno fue “sin odio”.
Como mensaje final, agregan que “sembraron vientos y están
empezando la cosecha de tempestades”.
Este es el texto completo enviado por la Sociedad Rural:
“No es placentero decir que todo esto lo anticipamos.
A pesar de las críticas y de la
violencia con la que ante cada comentario "opositor" se ha embestido
en los últimos tiempos desde diferentes sectores, nosotros podemos decir con
tranquilidad que veníamos invitando a una reflexión sincera. Estamos caminando
sobre un delicado hilo de coser.
Desde hace nueve años, la
sociedad argentina es empujada a un régimen totalitario que sólo aumenta la
desigualdad y la indignación. En este tiempo, las cuentas más prolijas han sido
las que multiplican la pobreza y la destrucción de la infraestructura del
país.
¿Siguen creyendo que con el
reparto de limosnas mitigarán la desigualdad real de la Argentina?. ¿Cuando
reconocerán que el mundo no se nos cayó encima?
El delirio de décadas pasadas no
hizo un país prospero y moderno teniendo todo. Este gobierno, que no entiende
ningún mensaje y que solo se regodea de sus propios relatores, debe tener
presente, por ejemplo, que han sido los granos producidos en estas tierras y
sin su ayuda, los que les permitieron llenarse los bolsillos y así disimular
una pendiente cada vez más pronunciada.
¿Creían que la ciudadanía miraría
para otro lado, mientras con los subsidios se generaban los bolsones de
corrupción más escandalosos de la historia?
Sin extendernos demasiado podemos
recordar algunos de los que quedaron tapados por la complicidad del aparato del
tráfico de influencias, como la entrega de fondos a los feedlots con
propietarios que, casualmente, ahora pretenden hacer cumplir reglas fiscales
que ellos jamás respetaron.
También recordamos las dádivas a
las empresas que tienen el manejo ferroviario, mientras el servicio es penoso y
en algunos casos mortal. Las rutas destruidas, pero sus concesionarios
financiados para no hacer nada y la seguridad en manos de ineptos que ni
siquiera tienen la grandeza de reconocer el problema.
Somos muchos los que nos
indignamos cuando vemos como lo que se obtiene con nuestro esfuerzo es
dilapidado. Somos muchos los que vemos a
millones de argentinos que siguen sin
satisfacer sus necesidades básicas mientras están obligados a cantar y aplaudir
a la presidenta en un agradecimiento de fantasía.
Pensaron que desde el atril
gritando, llorando y envueltos en una nostalgia resentida que solo quiere
seguir dividiendo, podrían encarnar las mentiras con las que nos envuelven
todos los días.
La movilización del pasado jueves
fue un quiebre. La primera expresión del hartazgo ante tanta desvergüenza. Esta
movilización fue alimentada desde la pluralidad, sin nombres que convocaron.
Sin odio ni mandatos políticos que le quiten fuerza a una preocupación nacional
profunda. Es difícil volver desde la
soberbia, el odio o la ira.
Queremos evitar que este embate
de lavadores de cerebros tratando de revivir épocas que han quedado atrás, nos
conduzca hacia un lugar al que no queremos ir. Sembraron vientos y está
empezando la cosecha de tempestades.
Ojalá entiendan a tiempo que
pueden dejar de pagar cualquier cosa, menos las
consecuencias, por el bien de todos los argentinos”.