|
Foto y texto www.rollingstone.com.ar |
Caen las primeras gotas de una lluvia que parece una
bendición y Manu Chao, bravo, se golpea el pecho con el micrófono y,
desafiante, marca el ritmo con los latidos de su corazón. Ya preguntó
"¿Qué pasa por la calle?", ya citó al Gato Pérez con su mantra
"se fuerza la máquina", ya invitó al escenario a referentes
regionales de la lucha contra la mega-minería a cielo abierto y a su show de hits
entrelazados, montados sobre la potente base rítimica de sus los eternos
compañeros de la Mano Negra,
Gambeat (bajo) y Garbancito (batería), junto a Madjid Fahem, rumbista
todoterreno, todavía le queda una hora y media. Podrá ser previsible, pero nunca
deja de ser conmovedor ver la entrega, la energía y la dulzura combativa de
Manu Chao, cuya obra parece inspirada en la emblemática frase del Che Guevara:
"Hay que endurecerse, pero sin perder la ternura".
Es el final épico de una jornada inolvidable que encuentra
en su nombre, Mastai (del mapuche, "encuentro de gente de los cuatro
puntos cardinales"), una lógica no sólo en la dinámica apacible de esas 40
mil personas, que llegaron a San Pedro desde Buenos Aires y desde Rosario,
desde Mendoza y desde la
Banda Oriental del Río de la Plata, sino también en sus artistas. Es que
Mastai (el festival), funciona con una coherencia estética que trasciende
sponsors (aquí inexistentes) y que parece interconectar a cada una de sus
atracciones.
Sin solución de continuidad, hay un entramado estético que
conecta a la dulce bienvenida del grupo de reggae local Viento Rítmico con los
ritmos del mundo que aportan los brasileños de Mombojo, la poderosa fanfarria
belga Orchestre Internacional du Vetex y los tambores chilingos. Y, a su vez,
la energía punk de Jauría (con una notable performance vocal de Ciro Pertusi) y
de La Vela Puerca
(su set se elevó a partir del arrorró cannábico "Mi semilla"), con la
sensibilidad del ex Piojos Micky Rodríguez y su nuevo grupo La Que Faltaba (su set
incluyó "Fijate", siempre emotiva) con el reggae dulce y potente de
Nonpalidece, y el rock potente y ajustado de Andrés Ciro, que junto a Los
Persas, presentó algunas canciones del flamante 27 y fue una suerte de cerebro
y anfitrión de Mastai.
Pero tal vez la clave para entender el espíritu del
encuentro sea ese final del set de Rally Barrionuevo, que entre chacareras,
cuela su versión uptempo de "Hasta siempre" (Carlos Puebla) y en
"Oye Marcos" invita al Subcomandante Marcos a Santiago del Estero.
Ese podría ser el próximo Mastai.