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Convocado por
ACASE y la Mesa Local
contra la Violencia
y el Abuso, se encuentra en San Pedro Sebastián Cuattromo, quien se transformó en
los últimos años en uno de los referentes de la lucha contra el abuso infantil
en la Argentina.
A raíz de
la denuncia de Cuattromo, quien fue abusado en su niñez, Fernando Enrique
Picciochi, ex religioso del colegio Marianista del barrio porteño de Caballito,
fue condenado a 12 años de prisión efectiva por corrupción de dos menores que
estaban a su cargo en esa institución educativa.
Cuattromo indicó,
en diálogo con APA Radio San Pedro, que la intención es formar en nuestra
ciudad un grupo con víctimas y madres de víctimas.
Sobre los casos
con los que habitualmente se encuentra en su recorrido por el país, sostuvo que
se encuentra “un denominador común de haber crecido en ambientes autoritarios,
con una mirada muy negativa de lo que significa la sexualidad, con malos tratos”.
El joven de
36 años explicó que “en este tipo de delitos, las cuestiones sociales,
culturales, tienen un peso muy grande” y que “hoy todavía no resulta nada
sencillo para quienes padecen este tipo de injusticia el permitirse hablar o
llegar a la Justicia
para encontrar reparación, porque los prejuicios, los mitos, los estereotipos
negativos, hacen sufrir mucho a las víctimas”.
De todos
modos, advirtió que “se están dando ciertos cambios sociales y culturales que
hacen que la situación sea un poco mejor, pero es muchísimo lo que falta”.
En San
Pedro, como en otros lugares del país, la mayor parte de las denuncias
corresponden a abusos intrafamiliares: “Son situaciones que provocan una crisis
muy profunda. Cuando hablamos de abuso intrafamiliar hay una trama de
relaciones que se ponen en profundo cuestionamiento. Esto hace que la
situación, sin lugar a dudas afecta a muchísimas”.
Cuattromo recomendó a la sociedad no alejarse del
problema, y enfrentarlo: “En primer lugar hacernos cargo de nuestra
responsabilidad. No hay que mirar para otro lado, no hay que ser indiferente.
Hay que sobreponerse al temor que podemos tener al advertir una sospecha”.
Su caso
Los hechos
ocurrieron en el año 1989 en la colonia de verano que el Instituto Marianista
tiene en la localidad cordobesa de Casa Grande, cuando el entonces religioso
ingresaba por la noche a la habitación donde dormía Cuattromo, junto a otros
dos compañeros.
Allí abusaba
a las dos víctimas como a los otros jóvenes, quienes fueron testigos del juicio
pero no hicieron la denuncia ante la Justicia. Estos hechos se repitieron luego en el
colegio.
Después de
10 años de silencio, Sebastián y Fernando presentaron la denuncia ante la Justicia y en septiembre
el religioso, que ya había dejado los hábitos, fue procesado en primera
instancia.