Un fragmento de gruesos eslabones
extraído hace años por un pescador en la costa del Parque Histórico fue cedido
por la familia Rodríguez, de Gobernador Castro, al Grupo Conservacionista de
Fósiles.
Si bien aún no se ha podido
fechar fehacientemente, su grosor coincide exactamente con el señalado por
Mansilla en sus partes de guerra.
José María Rodríguez es un
comerciante de Gobernador Castro. Su padre, de igual nombre, unos 40 años
atrás, siendo habitué del antiguo Club de Pescadores del pequeño poblado,
recibió por obsequio un tramo de gruesas y corroídas cadenas de mano de uno de
los pescadores del lugar.
El hombre, las había enganchado
mientras realizaba la limpieza de su “cancha de pesca” frente al actual Parque
Histórico, es decir, mientras despojaba de elementos no deseados la franja
donde habitualmente arrojaba su red de profundidad.
El fragmento de oxidada cadena
permaneció en la casa de los Rodríguez hasta hoy, esperando, pacientemente, su
puesta en valor.
Días atrás, José María, hijo de
quien las recibiera como obsequio en aquellos años, decidió convocar al Grupo
Conservacionista, equipo coordinador del Museo de Sitio “Batalla de Obligado”,
y ponerlas a su disposición.
Características
De inmediato, se comenzó un
trabajo de relevamiento de datos y consultas a fin de sumar detalles a un
elemento tan valioso y representativo.
El conjunto de hierros está
formado por 6 eslabones y un grillete de unión de uso náutico. En diferentes
puntos, el tramo de cadena presenta golpes, desgaste, torsión, estiramiento y
demás síntomas que denotan un intenso uso del mismo.
Una detenida observación del
fragmento de cadena recuperado permite inferir que se trata de dos tramos que,
al momento de ser utilizados, fueron entrelazados por medio del mencionado
grillete.
Según el Prof. Julio Luqui
Lagleyze, del Departamento de Estudios Históricos Navales, de Capital Federal,
“se ve que son de fragua, hechas a martillo, no se ven de molde o fundidas, el
grillete del final también se ve de fragua”.
Cada eslabón mide unos 18 centímetros de
longitud, 10
centímetros de ancho y el conjunto tiene un peso total
de 13,09 kilogramos
y 1,007 metros
de longitud.
Si se tiene en cuenta que
Mansilla necesitó atravesar los 700 metros del río, estas proporciones
indicarían que la línea de cadena a la que podría haber pertenecido este
fragmento habría pesado unos 9.100 kilogramos. Sin olvidar que hubo otros
dos tramos del mismo largo, pero de menor grosor.
Algunos eslabones aún conservan el contrete,
que es un trozo de hierro que se cruza al medio de cada uno de ellos a fin de
evitar su deformación ante una fuerza de elongación importante. Estudios a
cargo del Dr. Mariano Ramos, arqueólogo de la Universidad de Luján,
señalan un origen dispar de estos elementos, conduciendo a pensar que esta
cadena fue utilizada y reparada en diferentes momentos. Los mismos análisis
revelan su manufactura en fragua, como así también, señalan golpes que,
probablemente, sean producto de dicho método de fabricación. Además, y
aumentando la incógnita que rodea a este tramo de antigua cadena, Ramos ve a la rosca que posee el grillete como un
invento demasiado reciente para la fecha de la batalla (1845), ya que ese tipo
de roscado fue patentado pocos años antes.
Desde el Grupo Conservacionista
de Fósiles opinan que: “el dato más sorprendente para vincular este elemento a la Batalla de Obligado viene
de puño y letra de la persona que colocó las cadenas atravesando el río Paraná:
el Comandante en Jefe del Departamento del Norte, General Lucio Mansilla”.
En el libro “Conflictos
Diplomáticos y Militares en el Río de la Plata (1842-1845)” escrito en 1938, el Teniente
Coronel Ramírez Juárez, transcribe un completo parte de guerra publicado en la
página 110 del Tomo III de la “Gaceta Mercantil” de Buenos Aires.
El detallado informe, escrito
desde San Nicolás por el General Mansilla al Brigadier Juan Manuel de Rosas,
está fechado el 20 de diciembre de 1845, un mes después de la Batalla de Obligado.
En el fragmento que más interesa
a esta investigación, Mansilla escribe:
“En el flanco izquierdo de la
batería “Mansilla”, en un mogote aislado, estaban apoyadas las anclas que
sostenían la línea de 24 buques desmantelados y fondeados en línea, con tres
cadenas corridas por la proa, centro y popa, su espesor, la más gruesa de una y
un octavo de pulgada, más con el fin de privar el paso a la potencia de los
vapores y con el propósito de manifestar que el paso del río no era libre…”
(SIC)
Con este valioso dato, y a los
efectos comparativos, se realizaron numerosas mediciones en diferentes puntos
de los eslabones recuperados que arrojaron un valor promedio de 28.9 mm.
A criterio del Grupo
Conservacionista de Fósiles, si hacemos la conversión a milímetros de una y un
octavo de pulgada (1 y 1/8), que era el máximo espesor de las cadenas, según
Mansilla, arroja el sorprendente valor de 28.6 mm., un dato que
acerca muchísimo la posibilidad de inferir que los eslabones recuperados
podrían haber correspondido a un tramo de la cadena principal de la línea de
defensa montada en Obligado el 20 de noviembre de 1845.
Si bien los análisis efectuados
hasta hoy sobre este objeto no alcanzan para situarlo de forma cronológicamente
exacta, los detalles que rodearon a su descubrimiento dejan abierta la
posibilidad de pensar en que haya sido parte de la histórica defensa de
Obligado.
Se extrajo del fondo del río
Paraná, en el mismo sector donde Mansilla montó su dispositivo y su grosor
coincide, exactamente, con el que el mismo general de Rosas declara haber
armado su línea principal de cadenas.”