La Sociedad Rural de San Pedro sostuvo
hoy que “son muchos los miles de pesos que estamos pagando a quienes eligieron
llenar los espacios que ocupan, con una supuesta vocación”.
La nueva crítica al gobierno llega en relación
al reinicio del tratamiento de la Ordenanza Impositiva, que esta semana
comenzaría a analizarse otra vez en la comisión de presupuesto.
Bajo el título “Que nos ayude Francisco…”
este es el texto difundido:
“Que
nos ayude Francisco…
Seguimos
contemplando con gran preocupación, el modo en el que los actores políticos de
nuestra comunidad, buscan la manera de eludir lo importante y urgente, para
perderse entre cuestiones que están lejos de lo que realmente preocupa.
A
esta altura y a la luz de los acontecimientos, solo nos queda rezar, (siendo o
no creyentes) para pedir que las bocanadas de esperanza que emana el
nombramiento de un nuevo Papa, derramen lucidez, inteligencia y capacidad de
reacción sobre los que llevan años fumando al costado de tanques de
combustible. Aquí no hay humo de colores que valga. Aquí, lo que muchos
sentimos es que se estiran los plazos, todos cobran su sueldo y mientras todo
transcurra, lo importante espere.
Desde
el Intendente para abajo, todos son responsables de la sensación y confirmación
de ausencia total de rumbo para los problemas importantes. Un buen fin de
semana largo y muchos turistas, no oculta los desarreglos. Un nuevo Secretario
de Obras Públicas, no repara años de abandono. Una ordenanza impositiva
elaborada con autismo, no puede corregir un déficit que se sigue generando a
diario sin que se tomen medidas para controlarlo. Mientras nos entretengamos con los cargos,
las peleas, las roscas y el chusmerio, el agua seguirá subiendo. Lamentablemente
nos hemos acostumbrado a sobreponernos a muchas situaciones difíciles, pero
algún día debemos aspirar a crecer más que a controlar problemas.
Desde
la Sociedad Rural de San Pedro pedimos con respeto y con firmeza que todos los
actores con responsabilidades en el gobierno local articulen de una buena vez
todas las acciones que la comunidad necesita. Cada uno de los problemas arranca
en una raíz común y son muchos miles de pesos los que cada mes les estamos
pagando a quienes eligieron llegar a los espacios que ocupan, con supuesta
vocación de servicio.
La diferencia entre el mundo real y el que viven
quienes saben que a fin de mes encontrarán su sueldo acreditado casi sin
transpirar, es cada vez mayor. Creemos que sólo planteando con energía este
reclamo, en algún momento, se darán cuenta. Y si no, que nos ayude Francisco”.