El Museo Paleontológico “Fray Manuel
de Torres” incorporó en las últimas semanas el ejemplar de armadillo gigante
más completo en su tipo, que podría modificar conceptos vigentes desde la época
de Florentino Ameghino
La ardua tarea de
concientización realizada en la zona ha permitido que en los últimos días, se
lograran rescatar del accionar de las excavadoras de una cantera uno de los
restos más completos conocidos hasta hoy de un armadillo gigante de la especie
Neosclerocalyptus ornatus.
La alerta la dio Fausto Capre, un operario de
la empresa “Tosquera San Pedro SA”, cuando advirtió “ciertos fragmentos que
despertaron su curiosidad”. Sin
perder tiempo, el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro se llegó hasta
el lugar debido a que la cantera se haya en actividad y operando
permanentemente. No había tiempo que perder...
Allí, en un gran trozo de terreno removido
por la retroexcavadora asomaban una serie de piezas fosilizadas. Se trabajó sin
pausa hasta lograr trasladar los restos en riesgo al taller del Museo, lugar
donde aún están siendo acondicionados.
Si bien recién se han realizado las primeras
observaciones, el fósil hallado presenta el cráneo más completo descubierto
hasta hoy de la especie Neosclerocalyptus ornatus, hasta el punto que algunos
de los detalles revelados por este fósil podrían modificar aspectos evolutivos
de esos animales.
Debido a su excelente estado de conservación,
el cráneo de este ejemplar hallado en San Pedro introducirá cambios en el
rostro de una de las especies características de la fauna fósil de la región
pampeana.
Según la opinión del Dr. Alfredo Zurita,
investigador del CONICET y del CECOAL (Centro de Ecología Aplicada del Litoral,
Corrientes), que estudiará el fósil hallado, “se trata de un ejemplar de
Neosclerocalyptus ornatus, especie originalmente reconocida por el naturalista
inglés Richard Owen. Estos animales habrían habitado las pampas hasta hace unos
500.000 años y hasta el momento, sólo se conocían dos cráneos de esta especie,
con el inconveniente de que ambos están restaurados parcialmente y no sabemos
si esas restauraciones se correspondían con la forma real que tuvo esta
especie, especialmente en la región nasal, que es la que más interesa. “
Una característica única en
estos pequeños gliptodontes era la presencia de una especie de zona “globular”
en la región más anterior del cráneo, a nivel de los huesos nasales. En las
especies más antiguas (Ej.: Neosclerocalyptus pseudornatus), esta zona aparecía
poco desarrollada, pero se hacía más notable en las especies más modernas,
hasta alcanzar un tamaño sumamente considerable, como se aprecia en la especie
Neosclerocalyptus paskoensis.
Nadie sabe a ciencia cierta cuál era la
función de esta estructura tan particular. Se ha hipotetizado que probablemente
constituya una adaptación a los climas fríos y áridos/semiáridos típicos del
Pleistoceno, aunque la cuestión sigue abierta y el misterio sin resolver.
Una de las
mayores problemáticas es que esta estructura, al ser de constitución muy
delicada, tiene relativamente pocas posibilidades de preservarse intacta, por
lo que no fueron muchos los ejemplares de este género (Neosclerocalyptus) que
lo conservaron completo.
Desde el Museo de San Pedro
señalan que: “Desde tiempos de Florentino Ameghino (hace más de 120 años), los
científicos trabajaron los modelos evolutivos de estos pequeños gliptodontes
basándose en los cráneos existentes, los cuales poseían reconstrucciones en sus
zonas nasales que no podían ser corroboradas con la realidad.
Sin embargo, esta problemática será resuelta
a partir de este nuevo descubrimiento efectuado en el subsuelo de San Pedro, un
hallazgo que modificará esos patrones morfológicos que se manejaban desde
épocas de Ameghino.”
Si bien el
fósil está en pleno proceso de limpieza y restauración, una vez efectuadas
estas tareas se podrá conocer la morfología real que tenía la región frontal
del rostro de esta especie. Esto a su vez brindará mucha información acerca de
las relaciones existentes entre las especies conocidas de este género. Esto es
así porque las especies se diferenciaban, fundamentalmente, por las variaciones
morfologías en el área nasal.