Dos “paleocanales” fueron detectados por el equipo del
Museo Paleontológico en un sector de Campo Spósito.
Los dos cursos de agua, que fluyeron por la zona hace
miles de años atrás, probablemente durante el transcurso del Holoceno, están en
el extremo sur del predio.
Los viejos arroyos o “paleocanales”, como se denomina a
los ríos o riachos que existieron en épocas pasadas, fueron observados durante
una recorrida del Grupo Conservacionista de Fósiles por la zona.
Los dos canales se presentan rellenos de sedimentos
oscuros, casi negros, que se fueron depositando en los últimos milenios
producto del arrastre del agua que corría por ellos y de la materia orgánica
que se acumulaba en su fondo.
De un lado al otro, estos viejos arroyos medían entre 40
y 50 metros de ancho y su profundidad máxima, en el centro de los mismos, se
estima cercana a los 5 metros.
La diferencia de coloración entre los sedimentos que los
rellenaron y los de la barranca que los rodea permite una fácil apreciación de
los límites de estos canales.
La forma de ambos cursos de agua extintos muestra una
marcada concavidad, bien pronunciada hacia el eje central, observándose
delgadas capas de rodados de tosca o pedregullo que han quedado acumuladas por
la fuerza de arrastre del agua.
Si bien no se conoce su recorrido total, en el sector
observado se nota que el agua ha fluído con una orientación Oeste-Este, es
decir, buscando la pendiente del terreno que la conducía al actual Bajo del
Tala.
Restos en los canales
En el muestreo realizado por el equipo del Museo se
lograron recuperar diferentes restos óseos de la antigua fauna y elementos de
diferentes épocas y procedencias. Entre los restos de animales se hallaron una
falange de Ciervo de los Pantanos (Blastoceros sp.), una mandíbula de lagarto
(Tupinambis sp.), un metapodio de Venado de las Pampas (Ozotoceros sp.) y una
falange ungüeal que posiblemente haya sido de un gliptodóntido o armadillo
gigante. Además, entre los sedimentos de estos paleocanales se observaron
algunos pequeños fragmentos de alfarería aborigen y un fragmento de roca
silícea de bordes afilados cuya procedencia no es de esta zona.
Esta variedad de restos y objetos evidencia una actividad
intensa y prolongada de estos arroyos, ya que se mezclan vestigios de culturas
aborígenes junto a restos de fauna del Pleistoceno, como los gliptodontes y
algunos mamíferos que hoy ya no se encuentran en la zona, como los dos géneros
de ciervos presentes en las muestras.
En la identificación de estos materiales colaboraron los
Dres. Eduardo Tonni (Jefe Paleontología de Vertebrados-Museo de La Plata) y
Alfredo Carlini (Investigador CONICET-Museo de La Plata)
En la actualidad, estos “paleocanales” se continúan
rellenando de materia vegetal en descomposición que se acumula en forma de
humus sobre el suelo de los bosquecillos que se han formado en el cauce de
estos viejos arroyos.