Irene Caballero, vecina de
Bajo Cementerio, envió una nota a los concejales municipales expresando la
preocupación de los vecinos del barrio por los problemas para la atención
sanitaria de los habitantes de la zona.
“La sala de salud del barrio
no atiende emergencias por lo cual los vecinos se ven obligados a trasladarse
para atenderse en el hospital, lo que implica hacerlo a través de algún medio,
medio que no todos los vecinos disponen” indica la mujer.
Este es el resto de los
reclamos formulados en la nota:
“Respecto al servicio de la
ambulancia se han registrado casos de emergencia en los que nunca llego. En ocasiones
los vecinos han llamado a la policía para solicitar ayuda ante emergencias. Así
la salud de muchos vecinos quedan librada a su suerte o solidaridad de otros
vecinos, un claro ejemplo de esta situación lo refleja el menor picado por la
víbora (yarará); los vecinos llamaron a la ambulancia para la atención del
niño, la respuesta fue que esperara media hora porque se estaba atendiendo a
una persona mayor descompensada, ¡y la familia del menor sin medios para
trasladarse! quedo así librada a su suerte poniendo en riesgo la recuperación
total de la salud del menor, pero gracias a la solidaridad de una vecina el
traslado fue posible hasta el hospital.
Considero que se puede prever
que ante inundaciones y/o crecientes es mayor la probabilidad que sucedan situaciones
semejantes y por ello actuar en las zonas afectadas preventiva y
consecuentemente.
La sociedad sabe de un menor
picado por una yarará pero no sabe que la ambulancia no respondió ante la
emergencia, respuesta que si dieron los vecinos actuando solidariamente, porque
es sabido que la picadura de la yarará provoca hemorragia y muerte de los
tejidos vecinos al lugar de la inoculación, dolor en aumento y el conocido
riesgo de muerte.
De no haber vínculos solidarios, vecinos que actúan,
¿dónde queda la salud del menor, su posibilidad de recuperación y su vida en
riesgo? ¿Dónde quedan sus derechos de niño?”