|
Información y foto www.baraderoteinforma.com.ar |
El 10 de septiembre pasó a
retiro después de 31 años de servicio en la Policía Bonaerense la baraderense
Jorgelina Silva, Comisario Mayor de la Policía de la provincia de Buenos Aires,
quien se desempeñaba como segundo Jefe de la Departamental de San Nicolás.
Silva llegó a uno de los cargos
más alto en el escalafón policial, prestando servicio en distintas comisarías
de la Departamental, incluyendo San Pedro.
En su muro de la red social
Facebook, escribió una carta de despedida:
La hora llegó. 31 años de sueños, de esperanza, de alegría, de trabajo,
pasaron por mi vida vistiendo un uniforme azul que me hermana con tantos
hombres y mujeres que trabajan en esta difícil tarea de ser policía. 31 años
donde se escribió mi historia que en el día de ayer llegó a su fin. El día 10
me enteraba que mi retiro estaba otorgado, ayer en La Plata puse el punto final
a esta vida y el comienzo de una nueva. Durante estos tres días en mi mente los
recuerdos fueron pasando y tanta gente estaba allí porque seguramente las
guardé en mi corazón y así habrán de quedar. Pasaron mis instructoras, mis
amigas y compañeras de escuela, los amigos y compañeros de la carrera, de esos
diferentes destinos por donde fui, los compañeros que se fueron de viaje a
recorrer el cielo azul , pasaron mis Jefes, absolutamente todos porque de
ellos, de cada uno de ellos algo aprendí. Pasó tanta gente que conocí y terminó
siendo mi amiga. A todos tengo mucho que agradecer. A mis amigos a los que me
gustaría nombrar pero no lo hago porque tendría que poner uno primero, otro
segundo y ninguno puede ir segundo, todos están allí en el primer lugar a todos
les debo el acompañarme, el aconsejarme, el simplemente estar. A mis compañeros
iguales y subalternos el haber cumplido su tarea, la lealtad, sin el trabajo de
los demás nada se logra. A mi familia, a mi querida Teté GRACIAS, MIL GRACIAS.
A mis padres, mis viejos queridos que se fueron sin llegar a ver del todo sus
sueños cumplidos, pero que seguramente allí donde se encuentran estarán
felices. A mis hijas, que son mi sangre, mi corazón y el aire que respiro,
Amadas Johanna y Paulina motores de mi vida, GRACIAS por aguantar, aunque han
protestado. Gracias por sus abrazos por seguirme por donde he andado por
amarme. Gracias a esta querida Institución que se quedo con una parte de mi,
pero también me dio una parte ella. Ruego a Dios nuestro señor y a su madre la
Virgen María que proteja a esas mujeres y esos hombres que salen a la calle día
a día como me han cuidado a mí. Es el final y se baja el telón. Comencé esta
historia un día y el final llegó solo queda despedirme. Adiós mi amada Policía.
Jorgelina