La semana pasada se conoció la
noticia del Premio L’Oreal Unesco que distingue a mujeres destacadas por su
talento e innovación en el mundo de la ciencia. El trabajo por el cual recibió
el premio está vinculado al INTA San Pedro.
María Fabiana Drincovich, del
CONICET, fue distinguida en el Senado de la Nación, y elegida entre 95
postulantes del país por un proyecto que busca que los duraznos lleguen al
consumidor en mejor estado en relación a su calidad nutricional y visual, es
decir, que pueda prolongarse su vida de poscosecha para ganar mercados y llegar
en contra estación a quienes buscan estos productos.
La iniciativa se remonta a
hace casi una década atrás, cuando Claudio Budde, investigador del INTA San
Pedro, comenzó a preguntarse sobre la bioquímica de la maduración de duraznos e
inició su tesis doctoral que la Dra Drincovich dirigió.
Cuenta Budde: “Este proyecto
sigue la línea de investigación iniciada hace aproximadamente 9 años, cuando
tímidamente, luego de conocernos, a través de mi tesis (sobre la bioquímica de
maduración en duraznos); los investigadores del CEFOBI, Fabiana en particular
(era mi directora de tesis doctoral) decidió presentar a las convocatorias de
la Agencia, un proyecto sobre daño por frío en poscosecha de duraznos. Si no
recuerdo mal ese primer proyecto no fue aprobado (ríe) , se reformuló y se
volvió a presentar y por suerte se aprobó”.
El vínculo con el CEFOBI se
intensificó, y hoy en día los tiene unidos con la esperanza de algún día encontrar
soluciones que permitan contar con un fruto de durazno carnoso y sabroso más
allá de ultramar.
Y ¿para cuándo?
A la hora de contar los logros
de una investigación, no surge siempre el tiempo que tarda en obtenerse los
resultados. Budde responde “Me imagino que estás preguntando si hay algún logro
práctico al alcance del productor. Todavía no. Estimo que falta bastante para
lograr algo así. Sin embargo se está avanzando en la comprensión del mecanismo
del daño por frío en duraznos. Para que vos tengas una idea, este problema
tiene citas de aparición de principios del siglo pasado…. Y todavía no tiene
solución. Creo que el logro inmediato es
integrar las nuevas herramientas y un enfoque multidisciplinario a la solución
de este problema”.
Varios caminos en transición
El INTA San Pedro y el CEFOBI,
tienen comenzadas distintas iniciativas que van el mismo sentido. Hace tres
años Gabriel Valentini por INTA San Pedro y
los Drs Gerardo Cervigni y María Valeria Lara por el CEFOBI empezaron a
trabajar con dos nuevas líneas: identificar las características relevantes de
variedades destacadas por sus características organolépticas y de
comportamiento poscosecha y la
resistencia genética a un hongo, “torque del duraznero” que produce
deformaciones en hojas y frutos. Ambas
temáticas fueron presentadas en proyectos y fueron aprobadas.
En esta temporada, además, se
comenzará a identificar los duraznos que prefieren los consumidores, a partir
de los grupos de variedades que
identificaron en el CEFOBI, en función de los metabolitos (azúcares,
ácidos orgánicos, etc) presentes. Aquí se sumará una nueva institución al
trabajo, ISETA de 9 de Julio. “La idea es realizar paneles de degustación en 9
de Julio, San Pedro y Rosario”, cuenta Budde, incluyendo a otras
investigadoras: Julieta Gabilondo del
INTA San Pedro y Laura Monti del CEFOBI . “La opinión de los consumidores, a
través de Paneles Sensoriales que aportará el ISETA, es la información que nos
está faltando para lograr develar los
secretos del sabor y la conservación de los duraznos”.