Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Piden que se incrementen las precauciones por los ataques de palometas y rayas

Foto "El Ciudadano Web" 
El ataque de palometas que generó diversas lesiones a más de 60 personas en un balneario de la zona norte de la ciudad de Rosario activó el alerta en nuestra zona.
En San Pedro también se denunció la presencia de rayas que lastimaron a bañistas en la costa.
Ambientalistas señalaron que el calor que incentiva la actividad biológica de las especies y la bajante de la cuenca del Paraná (está más de un metro por debajo de su nivel habitual), crearían un escenario propicio para que las palometas naden y busquen alimento.

El médico veterinario Juan Enrique Romero dijo que "su aparición, en principio, tiene que ver con determinado tipo de condiciones: el agua cálida y el movimiento de gente que se sumerge en el agua por un calor extra son generadores de condiciones naturales para que el animal esté en ese lugar y ataque".
El Instituto Nacional de Limnología (INALI) detalló que existen muchas especies de palometas, pero las que aparecen en la zona del ataque son las  pilopleura, conocida como piraña, palometa brava o palometa brillante; y la nattereri, llamada palometa mora o palometa pacusa.
Especialistas ambientales también deslizaron que la pesca indiscriminada podría haber alterado la cadena alimentaria y esto provocó que la palometa se multiplicara y saliera a comer "lo que encuentra".
Esta hipótesis no fue descartada por el doctor Romero, quien en declaraciones a Radio 10 señaló: "El predador natural de las palometas puede ser el dorado, pero hay escasez por las represas y por todas las modificaciones que ha hecho el ser humano".
Por su parte, Gabriela Quintanilla (Subsecretaria de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario), afirmó: "Las palometas vienen en cardumen y, según los biólogos, el ataque de estos peces dura pocas horas y se produce por el calentamiento del agua".
La persona que ha sido mordida por este animal debe cumplir con ciertos cuidados vinculados a la desinfección de la herida. Además, los médicos deben evaluar su inmunización, sobre todo antitetánica.

Las rayas
Un problema de esta época son las chuzas de rayas en el río, que vienen ocurriendo en la ciudad en los últimos años. “En Rosario no son infrecuentes. Existe una familia de rayas (Potamotrygonidae) que es esencialmente de agua dulce, habitando ríos de América del Sur, entre ellos el Paraná”, dice el jefe del Sertox.
El síntoma predominante consiste en dolor inmediato, descripto como agudo y punzante, que aumenta en la hora y media siguiente y se irradia hasta afectar toda la pierna. Debido a los frecuentes “pinchazos” por cascos de botellas, latas u otros objetos abandonados en las orillas del río, se subraya la intensidad del dolor como una ayuda para el diagnóstico diferencial, agrega.
La mayoría de las heridas ocurren en bañistas, cuando se dirigen al agua o salen de ella e inadvertidamente pisan el disco. Para defenderse el animal despide el aguijón de su cola, que penetra en el pie o la pierna. La púa (en forma de punta de flecha) perfora la piel y tejidos adyacentes con facilidad, pero su forma hace díficil la extracción, porque las sierras del aguijón desgarran el tejido a medida que salen; en este proceso la envoltura de la púa se rompe y se libera el veneno.
Ante una picadura de raya sugieren poner agua fría limpia en la herida para su irrigación inmediata. Luego, si se visualiza la envoltura de la púa, se la extrae, porque mientras mayor tiempo permanezca en la herida más veneno libera. Una vez limpia, se sumerge la extremidad durante 30 minutos en agua tan caliente como pueda soportarse. El calor es importante porque la toxina se inactiva con el mismo.
En el tratamiento médico posterior, completar la limpieza de la herida y suturarla si fuese necesario. Puede ser necesario administrar toxoide tetánico (antitetánica) y antibióticos. Para evitar estos accidentes se aconseja no pisar al entrar al río sino arrastrar los pies.