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Mastandrea (izq) junto al segundo jefe departamental de Necochea. (foto Bonaerensesenaccion.com) |
El Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 1, de Rosario, confirmó que
el 14 de marzo comenzará el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en San
Pedro, San Nicolás y Pergamino, bajo la órbita del Primer Cuerpo del Ejército
durante la última dictadura.
Se basa en ocho expedientes conexos con 70 víctimas. El lote
de los acusados incluye el ex coronel Manuel Fernando Saint Amant, otros dos
militares y un par de policías, entre ellos el comisario Edgardo Mastrandrea. El ex oficial de la Bonaerense también está
procesado junto a otros siete represores en una causa –ya elevada a juicio
oral– sobre casos de secuestros, torturas y ejecuciones en la ciudad de Junín.
En una nota publicada en el diario Tiempo Argentino, se
señala que Mastandrea no tuvo un bajo perfil. Por el contrario, obtuvo difusión
pública por sus salidas televisivas. Así, un ex alumno del Colegio Don Bosco,
de San Nicolás, lo reconoció como el joven oficial de la Comisaría 1º de Junín
que tres décadas antes había participado en el secuestro de un grupo de
estudiantes.
El ex alumno, José María Bugassi, lo reconoció en un acto de
la Coalición Cívica y a partir de allí presentó “con sus abogadas –Ana Oberlín
y Nadia Schujman– un escrito para pedir su inmediata detención e indagatoria,
solicitud a la que luego se acoplaron el fiscal federal Patricio Murray y la
Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires”, informa el
diario y continúa: “Los secuestrados del Colegio Don Bosco tenían entre 16 y 22
años y eran alumnos o egresados. De ese grupo nunca volvió a saberse de Gerardo
Cámpora, Carlos Farayi, las hermanas Rosa y María Cristina Alvira, Horacio
Martínez, Regina Spotti, María Rosa Baronio, Jorge Luis Reale y Carlos Alberto
Grande. Por su parte, Pablo Martínez y Bugassi estuvieron privados de la
libertad por un mes, para ser luego blanqueados en Junín. Mastrandrea, con
grado de oficial inspector, era tercero en la jerarquía de la comisaría. Y fue
quien les tomó declaración, además de presionarlos con amenazas y golpes.
Otros testigos lo describen como integrante de la patota
operativa. Entre sus cómplices estaba el subinspector Julio Ángel Esterlich,
quien formaba parte del grupo encargado de los secuestros, y el inspector
Francisco Silvio Manzanares. En la misma causa figura el ex coronel Ángel José
Gómez Pola, a cargo de los centros clandestinos que funcionaron en Junín, y el
ex comisario Abel Oscar Bracken, además del ex subinspector Miguel Ángel
Almirón y el ex médico policial Aldo Antonio Chiacchietta, quien
"controlaba los signos vitales" de los detenidos torturados.
Mastrandrea fue
indagado en 2007 por el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo, quien –sin otro
motivo que el de su proverbial garantismo con los represores– le concedió la
excarcelación. Ya se sabe que, tres años después, Rafecas dispuso su arresto en
el marco de la megacausa del Primer Cuerpo del Ejército. Pero el encierro, al
parecer, no le resultó duradero”.
El 2 de noviembre de
2013 fue visto junto al monumento en La Plata que honra a los "camaradas
de armas caídos en el cumplimiento del deber". “En esa ocasión, el viejo
represor, junto a otros tres comisarios jubilados, colocó una corona de
laureles al pie de esa diminuta pirámide. Lo hizo por cuenta del autodenominado
Movimiento por la Dignificación del Personal Policial (MODIPO), un sello de su
creación. Según el registro gráfico, nada parece quedar de aquel hombre
enérgico y sanguíneo; por el contrario, Mastrandrea luce ahora como un anciano
enfermo y quebradizo. Tal vez ello haya incidido en su beneficio de aguardar la
condena en libertad. El banquillo de los acusados es ahora su próximo
sitial”, menciona Tiempo Argentino.