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Río Arrecifes desbordado (foto Carlos Alberto Gizzi) |
Los anegamientos que se
registraron en la ciudad durante la última semana, y la repetición de episodios
similares (aunque de menor impacto) en barrios como Los Aromos o Villa Igoillo,
hizo que se pusiera la mira, nuevamente en la necesidad de obras hidráulicas en
la región.
Entre las múltiples causas, no
pocos especialistas coinciden en la incidencia de las grandes extensiones de
soja que rodean San Pedro.
La fundación “Proteger”
publicó un duro artículo del biólogo Francisco Marraro, en el que se refiere en detalle a este tema.
Estos son los párrafos
centrales de "Siembra soja y cosecharás inundados":
En su párrafo central, Marraro
sostiene que “lo que ocurre es que el
cultivo de la soja no retiene el agua en el campo sino que la deja correr” porque “cuando llueve el agua simplemente se
desliza por el campo y pasa a engrosar el caudal de los ríos y ocurren
inundaciones como esta última”.
El especialista recuerda que “antes de la soja en los campos estaba
el monte y el monte lograba retener el agua en la copa de los árboles, entre
las raíces de los árboles y entre todas las plantas que forman el monte;
también el monte permite que el agua penetre más en el suelo evitando las
escorrentías”. Como ejemplo, Marraro agregó: “Es decir el monte es como una gran esponja que retiene el agua en el
campo evitando que ésta corra a los ríos y ponga en peligro a las ciudades y a
la gente”.
El portal “Planetas Edna” apunta,
en tanto, que “si el agua de las
precipitaciones causa estragos en aquellos suelos que no poseen cobertura
vegetal, ya que barre con los nutrientes que se hallan en su superficie”.
Sobre situaciones como las
vividas en nuestra zona, puntualiza que “si
esta agua de lluvia provoca inundaciones, el deterioro de los suelos es aún
mayor, ya que pierden sus nutrientes, se salinizan y posteriormente se
compactan” y localiza este problema “básicamente
en la provincia de Buenos Aires y en los bajos submeridionales que acompañan al
río Paraná”.
Miguel Jorquera y Pablo Icardi
señalan, por su parte, en www.protectora.org.ar
que “la devastación amenaza con
desertificar la tierra y eliminar la barrera natural que regula los regímenes
de lluvia”.
En su publicación, los especialistas reclaman la
aprobación de la Ley de Bosques Nativos: “La
tala indiscriminada para expandir la frontera agropecuaria avanza sin que exista
un orden jurídico que le ponga freno. La deforestación aumenta el
recalentamiento global y alimenta el cambio climático que padecemos por la cada
vez mayor producción de monóxido de carbono, del que los bosques son sus
reservorios naturales. Sin bosques el agua avanzará inexorablemente sobre las
grandes urbes”. Éstas son algunas de las conclusiones a las que arribaron todas
las organizaciones que trabajaron en la elaboración del proyecto de ley de
bosques que aún duerme en el Congreso nacional”.