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Imagen "San Pedro Televisión" |
El servicio informativo de “San
Pedro Televisión” publicó ayer un testimonio clave para entender el
funcionamiento del aparato represivo de la Dictadura en nuestra región.
El periodista y docente
sampedrino Emilio “Nito” Tulissi, radicado en Moreno durante muchos años. Fue allí
en donde lo secuestraron los grupos de tareas.
Tulissi relató, cuatro décadas
más tarde, lo sucedido: “Volviendo del
kiosco en ojota y short veo dos enormes automóviles en casa y cuatro tipos de
traje y gafas negras. Me aproximé. Me dijeron que eran de Presidencia, y que me
tenían que llevar detenido. Uno de ellos entró a mi casa, se sentó en la cama
cuando me cambiaba”.
A continuación, por
circunstancias que aún hoy desconoce, fue trasladado al destacamento de
Gobernador Castro: “En uno de los coches encontré a Panacevich que era
dirigente comunista de la zona en la época. Partimos con rumbo desconocido.
Llegamos a San Pedro, nunca sabré por qué. Paramos en la Comisaría, pero no nos
hicieron bajar. Bajaron dos de ellos. Estuvieron como una hora y volvimos a
partir, con rumbo desconocido hasta que arribamos a la comisaría de Gobernador
Castro”.
Tulissi, conocedor de la zona,
recordaba el lugar con precisión. “Un pasillo largo, una puerta metálica con
una mirilla. Dos o tres calabozos muy pequeños, un excusado y un pequeño patio
que era una leonera que no tenía techo. Allí estuvimos otra temporadita.
También ignorando nuestro destino. Estabas allí a expensas de cualquier cosa. Los
que éramos medianamente conocedores sabíamos que le tocaba a cualquiera en cualquier
momento. Más allá de que hubieses tenido participación en alguna fuerza armada,
que no era mi caso. O en alguna prédica revolucionaria, que si era mi caso”.
Tulissi recuerda a quienes fueron
sus captores: “Recuerdo que había un comisario muy alto, muy grandote que sabía
estar bastante encopado. Y me acuerdo que avanzada la madrugada, a través de la
mirilla, nunca le vi el rostro, otro policía, que se me ocurre que era un
hombre grande, me hablaba, y me preguntaba quienes eran los Tulissi de la zona.
Gracias a él comíamos bastante bien. Lógico que a veces uno habla de tortura y
la tortura no solo es física. Cada vez que se ponía el motor del agua en marcha
o la radio a todo volumen, sabíamos lo que venía después. Y aunque no
torturaran, el solo hecho de escucharlo ya era mortificante”.