El suelo y la política son dos
ejes de su vida que uno recupera a poco de hablar con él. Después de 43 años de
servicio, Joaquín se retira del INTA que lo recibió en Bariloche y lo saluda en
San Pedro.
De familia trabajadora, cuando le
tocó elegir la facultad, optó por la Universidad de La Plata que le brindaba la
mejor propuesta y no estaba mucho más lejos que las otras alternativas de su
Banfield natal.
Combinó el estudio con el trabajo y apenas se recibió ingresó
al INTA. Aún recuerda cómo llegó a la aún pequeña Bariloche en 1971, luego de
un interminable viaje en tren. Allí lo esperaba el área de Suelos con 4
auxiliares y todo por hacer. Así comenzó a especializarse en este tema que lo
tuvo a lo largo de su vida en el INTA. En Bariloche nació Fernanda, su hija
mayor, su esposa fue maestra de escuela de frontera, y comenzó un vínculo que
nunca se cortaría con el INTA. Cinco años más tarde, el INTA le deparó como
destino, San Pedro.
Si bien sus primeros años trabajó
en manejo de suelos y nutrición en cultivos agrícolas como la soja, pero
posteriormente la organización institucional lo llevó a especializarse en
fruticultura, donde conduzco ensayos de manejo de suelos y fertilización en
cultivo de duraznero, determinando su relación con las condiciones físicas y
químicas del suelo, crecimiento vegetativo, radicular, estados fenológicos,
rendimiento y calidad de la fruta.
Ya instalado en la localidad
bonaerense, en 1981 viaja a la Universidad Politécnica de Madrid a realizar sus
estudios de especialización en Manejo y Fertilidad de Suelos. Universidad
Politécnica de Madrid. Más tarde, en 1987, tuvo la oportunidad de formarse en
caracterización de Sustratos en la Universidad de Gent. Bélgica.
Visitó numerosos centros de
investigación de España, Bélgica e Italia con los que mantuvo importantes
relacionamientos en trabajos científico-técnicos. Participó en trabajos de
calibración de métodos para la fertilización de trigo y arveja y nutrición de
frutales cítricos y de carozo. Desarrolló metodologías de intersiembra de soja
en el cultivo de trigo, métodos de labranzas para suelos de la zona en cultivos
agrícolas y frutícolas, técnicas analíticas de residuos orgánicos, compost y
sustratos, como así también el uso de enmiendas orgánicas en cultivos
hortícolas.
Fue profesor cursos de postgrado
del INTA en convenio con distintas instituciones, miembro del Banco de
Evaluadores de Proyectos de Investigación y Desarrollo de la Secretaría de
Ciencia y Tecnología (UNR), evaluador científico de Proyectos PID del Programa
de Fomento a la Investigación Científica de la Provincia de Buenos Aires.
Además es autor de más de ochenta trabajos publicados en revistas científicas,
congresos nacionales e internacionales y de divulgación en ciencia y
tecnología. Desarrolla trabajos en compostación, efectos de la materia orgánica
en las condiciones físicas y químicas del suelo en sistemas orgánicos y convencionales
y de caracterización física y química de sustratos.
Antes de su retirada, deja un libro que se
presentará en los próximos días y que expone una caracterización profunda y
detallada de los suelos en la costa norte de Buenos Aires. A través de medio
centenar de mapas que siguen a una introducción para leerlos, González aspira a
dejar la experiencia recogida a lo largo de su carrera en INTA.