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Equipo de 1982. |
Hace 32 años, un grupo de sampedrinos tuvo el sueño de crear
un equipo de fútbol y ayudar a sacar a los chicos de la calle con la práctica
de un deporte. Hoy, algunos de sus fundadores recuerdan con orgullo el duro
principio y los logros obtenidos con “El Porve”, su club.
El 21 de abril de 1982, un grupo de vecinos del barrio Los
Aromitos se reunió con la idea de fundar un club con el principal objetivo de
sacar a los chicos de la calle practicando un deporte. Muchos de los asistentes
ya contaban con experiencias anteriores en el fútbol infantil dirigiendo a
Villa Igoillo “B”, un segundo equipo del Club Villa Igoillo dirigidos en aquel
entonces por el señor Miguel Bonda, pero la idea de pertenencia al barrio los
llevó a la fundación del Club Infantil El Porvenir.
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Año 1982. |
Originalmente el club se iba llamar “Los Aromitos” en claro
tributo al barrio. Sin embargo prevaleció el nombre de “lo que está por venir”,
y los niños encarnan eso.
La primera comisión quedó presidida por Jorge Parreño. Dicha
comisión fue distinguida porque en ella participó una mujer como secretaria.
Los fundadores, orgullosos, cuentan la anécdota de haber contenido en ese grupo
a la primera dama participante de una comisión de fútbol, por quién tuvieron
que pedir permiso a la Liga para que
fuera admitida. Ella fue Brígida Franco y con ella estaba Jorge González, el
tesorero. Completaban la agrupación Modesto “Calacho” González, Mario González
y Roberto Barreto, entre otros. Los colores elegidos, por moción de Jorge
González, fue el amarillo y verde inspirado en la flor del aromito.
Debuta El Porvenir en la cancha de El Tanque, con los
equipos de primera y segunda división. Un recuerdo de los González, es que un
vecino del barrio ya fallecido, Meza, dispuso su camioneta para llegar a la
cancha a disputar los partidos el día del debut; otro recuerdo es las caminatas
con los jugadores del club hasta las canchas cuando se jugaba de visitante,
hasta que el Señor Tommassi, un fletero, y por medio de un acuerdo entre
“Calacho” y Bonda, empezó a llevar a los equipos. Cuando Villa jugaba de local,
“El Porve” iba a la cancha de visitante todos en la camioneta. Al revés pasaba
cuando “El Porve” era local.
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Año 1986. |
Los muchachos fundadores también recuerdan las peripecias
que vivieron para comprar las camisetas y “bancar” los gastos. También
rememoran el orgullo de obtener recursos genuinos, sin tener más que el apoyo
de la gente del barrio, de sus humildes pero comprometidos bolsillos y de
algunos comerciantes vecinos. Una postal de los lunes en el barrio Los Aromitos
era ver el tendedero de la familia González repleto de camisetas, medias y
pantalones de los diferentes equipos de El Porvenir.
La cancha ubicada en un predio de Los Aromitos debió ser entregada en 1984 a sus dueños, ya que
era un predio prestado; a cambio, el
Club Sportivo La Esperanza, de la mano de su presidente “Don” Cámpora, les
cedió su cancha y entre los clubes jamás se perdió esa unión. Para entonces, la
cancha “de once” ya había sido partida por el trazado de la avenida Sarmiento,
quedando para “El Porve” una de dimensiones de “Baby”. En el acta acuerdo, El
Porvenir aclaraba su patrimonio: dos arcos y una pelota. Esa unión también
quedó plasmada para toda la historia del club porque, al crearse el
polideportivo Pablo Noat de La Esperanza, El Porvenir obtiene un nuevo espacio
para uso deportivo. Una vez más se acariciaba el sueño de los fundadores, como
dicen los González: “los niños son el porvenir de la esperanza y la esperanza
del porvenir”.
De esa manera, “El Porve” se muda de Los Aromitos a Los
Aromos, absorbiendo muchos chicos del barrio. También juntaba a los pibes de
los barrios Estrada y La Esperanza.
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Año 2013. |
El club ha tenido a lo largo de su historia a los Gonzáles
como principales responsables y referentes. Con el paso del tiempo, la
dirección de las comisiones fue cambiando y la familia González fue ocupando
otros puestos sin dejar de participar en la vida institucional del club.
“Calacho” fue el formador y entrenador de muchas generaciones de pibes de “El
Porve”. Hoy ha dejado un poquito nomás su actividad, pero sigue con la
escuelita de fútbol. Como ellos, muchas familias han pasado por las distintas
comisiones del club. Los Cejas, Los Noat, Los Pereyras, son algunas familias
destacadas que pusieron empeño, pasión y alegría a la institución. La vida del
club fue así hasta llegar a la comisión actual, muchas generaciones de chicos
han pasado por la institución y todos han dejado su marca de una u otra manera,
recordemos que el fútbol infantil es un juego además de un deporte, no perdamos
de vista eso. Lo que nació como un sueño, hoy es una realidad que cumple 32
años de historia, porque los sueños nunca se acaban cuando encuentran vecinos
como estos sampedrinos que los llevan adelante.
Jorge González, Modesto “Calacho” González, Jorge Parreño y
Mario González