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Una niña de dos años murió el martes en el Hospital San Felipe de San Nicolás, por las complicaciones surgidas de la ingesta de veneno en una vivienda de Baradero.
Camila Aylén estaba en un cumpleaños, en casa de familiares, y consumió accidentalmente una mezcla de cipermetrina y órganos fosforados que había en una botella de gaseosa.
El insecticida había quedado al alcance de la pequeña, que tomó el envase y consumió el veneno.
La cipermetrina es un insecticida piretroide que actúa por contacto o ingestión.
Los insecticidas organofosforados tienen un uso veterinario, y se utilizan para combatir piojos en el ser humano.