Uno de los testimonios más duros escuchados durante las audiencias por crímenes de lesa humanidad que se desarrollan en el Salón Dorado Municipal fue el de Eduardo Schiel.
Detenido y secuestrado ilegalmente en agosto de 1976 en proximidades de la plaza Constitución, Schiel y su novia de entonces fueron “acusados” de pegar carteles contra el régimen de facto. El supuesto delito era el de ser “apologistas de la subversión”.
En ese marco, fueron detenidos por personal de la Prefectura de San Pedro, retenidos ilegalmente en la Comisaría de San Pedro, trasladados en un baúl, sometidos a simulacros de fusilamiento y brutales torturas. Un abogado extorsionó a la familia para obtener dinero a cargo de su liberación.
Schiel estuvo, con graves heridas en la cabeza, quince días en un calabozo sin luz y sin agua, encapuchado y esposado.
La intervención del Obispo Carlos Ponce de León y el reclamo sostenido de importantes referentes políticos como Raúl Alfonsín y Arturo Illia permitieron, finalmente, que fuera blanqueada su situación y, tiempo después, liberado.
Escuche el crudo testimonio.