El Museo Sitio Batalla de Obligado cuenta con un nuevo
hallazgo: tres cartas certifican un hecho de armas en las costas de Obligado
cinco meses después del combate de noviembre de 1845, con víctimas fatales
dentro de la resistencia confederada.
El hallazgo se produjo durante la digitalización de
manuscritos realizada entre la Dirección de Cultura de la Municipalidad y el
Grupo Conservacionista en el archivo del Juzgado de Paz local.
En los documentos, el Coronel José María Cortina le escribe
al Juez Carlos Villar una seguidilla de recomendaciones, información y detalles
que demuestran una escaramuza bélica en el lugar cuando la escuadra enemiga
estaba regresando al Río de la Plata, en abril de 1846.
La Guerra del Paraná fue una sucesión de enfrentamientos
armados entre el gobierno de la Confederación rosista y una importante escuadra
de buques ingleses y franceses cuyos momentos de mayor intensidad fueron el
combate de Obligado, el del Tonelero y el de la angostura del Quebracho.
La documentación de la época indica que Mancilla y sus
hombres ofrecieron resistencia tanto al inicio de la incursión, como al final
de la misma.
CARTA DEL 14 DE ABRIL DE 1846
Desde la Estancia de Gómez (en las afueras de Obligado), el
Coronel José María Cortina informa al Juez de Paz de San Pedro, Carlos Villar,
que en la noche anterior “ha dado fondo frente a las baterías una goleta
enemiga”. Solicitando extremar las medidas de vigilancia ante un posible
desembarco.
CARTA DEL 16 DE ABRIL DE 1846
Desde el mismo lugar, pero dos días después, el militar ordena
que por “haberse avistado varias balleneras cargadas de gente”, retire a todos
los individuos de ambos sexos, así como a todo tipo de ganado, aves de corral o
cualquier animal que pueda servir de alimento al enemigo, de la zona de costas.
También le solicita que informe urgente el posible punto de
desembarco si éste se produjera en San Pedro.
CARTA DEL 27 DE ABRIL DE 1846
Luego de un lapso de once días, otra carta de Cortina al
Juez de San Pedro informa la devolución de una carreta con cuarenta y ocho balas
de cañón de diverso calibre, junto a “dos cadáveres para que Ud. tenga la
bondad de ordenar al Sr. Cura les de sepultura por ser de los milicianos
federales que perecieron en la acción del día 20”, en clara alusión a la fecha
de la semana anterior.
Desde el Grupo Conservacionista de San Pedro se estima que
“si bien estas tres notas aportan una cronología que revela, con fecha precisa,
un nuevo enfrentamiento armado en la zona en meses posteriores, no se ha
hallado, hasta ahora, documentación que indique la magnitud del mismo por lo
que, según se infiere, ha sido de baja connotación militar. Sin embargo, esta
escaramuza ha representado, sin dudas, un escollo más para la incursión anglo
francesa en el río Paraná”.
Esta información, que sale a la luz en estos tres
documentos, incorpora un nuevo hecho de armas a la cronología de la “guerra del
Paraná”, demostrando la férrea decisión federal de resistir a la incursión
aliada.