El intenso calor de las últimas horas, que provocó un incremento en el consumo de agua potable, agravó sensiblemente los problemas en el suministro.
A las habituales quejas por la baja presión, esta vez se sumaron reclamos por la directa imposibilidad de acceder al básico insumo.
En la zona céntrica y en los barrios, los usuarios sufrieron, desde la madrugada y hasta bien entrada la noche, múltiples inconvenientes para cocinar o higienizarse.
Descargas de baños que no se llenan, canillas secas durante todo el día y tanques vacíos, multiplicaron el malhumor en medio del intenso calor y la elevada humedad que afectó la región.
La inexistencia de infraestructura adecuada para contener la demanda generada por la expansión del negocio inmobiliario y la falta de conciencia de muchos de los mayores consumidores, sumada a la falta de control por parte del estado municipal, hacen que el pronóstico sea francamente desalentador para lo que resta del verano.