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Foto INTA Balcarce |
Un informe elaborado por el Programa Nacional de Apicultura
de INTA recomienda a los apicultores del norte de Buenos Aires iniciar el
monitoreo y control de varroa.
Según informaron desde la sede local del Instituto, el
trabajo “señala altas prevalencias de la enfermedad, reportadas en enero en la
zona central del país, momento en que las colonias se encuentran en plena
temporada productiva”.
También explicaron que “la Varroasis es la enfermedad que
mayores daños causa a la apicultura argentina, con pérdidas estimadas de
alrededor de 300 millones de pesos anuales aún cuando los apicultores realizan
aplicaciones de acaricidas desde hace más de tres décadas”.
La enfermedad es producida por un ácaro que genera grandes
pérdidas para los productores apícolas, pero con controles adecuados en las
colmenas, pueden evitarse.
En nuestro territorio, el referente de apicultura, Walter
Barceló, recomienda apelar al mejor conocimiento de la enfermedad para utilizar
las herramientas de control de la manera más eficiente posible. Para ello es
necesario realizar monitoreos y el control temprano.
Qué medidas tomar
El informe señala la importancia de no demorar los muestreos
y los tratamientos acaricidas, ya
que retardar las curas traerá mayores inconvenientes en las colonias ocasionando
daños irreparables, disminuyendo la
producción y haciendo que las
poblaciones de ácaros
se incrementen rápidamente. Para ello, el INTA propone una
serie de pasos para tomar una muestra que permita conocer el porcentaje de infestación
para tomar medidas el apiario:
Tomar el 10% de
muestras para el caso de apiarios de más de 60 colmenas, o por lo menos 6
muestras cuando estas sean menos de esa cantidad. No se elegirán las colmenas
ubicadas en los extremos del apiario,
las zanganeras, ni las huérfanas.
Tomar una muestra de aproximadamente 300 abejas de cada
colmena, sacando de ambas caras de 3 cuadros con cría abierta.
Esta revisión debe hacerse sobre las mismas colmenas en cada
temporada.
Para saber si el tratamiento fue efectivo, pasado el otoño
es necesario repetir el muestreo y si las infestaciones son menores al 1%, se
considera que el mismo fue efectivo. Cuando esto no sea así, es necesario
recurrir a un técnico que ayude a abordar la situación.