Árbol.
Árbol tira hoja.
Hoja ensucia vereda.
Corto árbol.
Árbol.
Pájaro llega al árbol.
Pájaro hace caca.
Caca en la vereda.
Corto árbol.
Esto, burdamente presentado, resume la conciencia política y ambiental
que ha tenido y tiene la población de esta ciudad o, al menos, su clase
dirigente.
Uno, de chico, conoció una ciudad totalmente arbolada que protegía de
las altas temperaturas y que daba hábitat a una gran población de aves.
Esta conciencia político-ambiental que señalo al comienzo impidió que
San Pedro tenga hoy la imagen de cualquier ciudad moderna del mundo.
Todo aquel que haya visitado cualquier punto deEuropa, Berlín es un
ejemplo, se habrá encontrado con que, desde un cuarto o quinto piso de hotel,
no se ve la ciudad sino una alfombra verde de la que emerge algún edificio
torre cada tanto.
Con ello la ciudad y sus habitantes se preservan de la alta temperatura
como también de las bajas extremas y, de paso, la mantienen oxigenada y con la
contaminación atenuada.
La lógica en San Pedro ha ido siempre por la vereda contraria.
Al ir desapareciendo los árboles la población de pájaros que, como las
golondrinas que llegan a este lugar desde hace milenios y que, desde no hace
mucho, hallaron que una ciudad empezaba a construirse, vieron poco a poco que
el arbolado desaparecía. Ello llevaba a que se concentraran cada vez más en los
árboles que iban quedando.
La falta de políticas municipales de forestación, sumado a la intensa e
incansable tarea de destrucción que lleva adelante la CoopSer, ha hecho que
miles de pájaros se concentren en los pocos árboles grandes que hoy le quedan a
la ciudad.
La lógica de mercado, el término “cooperativa” en el caso de la CoopSer
no cuenta ya que ésta funciona como cualquier empresa, puede haber hecho que su
conducción suponga que: menos árboles significa mayor consumo y actúe en base a
esa lógica noventista.
Prebisch decía siempre que los países no son desarrollados o sub
desarrollados según tengan riquezas o no, sino que son las clases gobernantes
las que hacen que un país sea desarrollado o subdesarrollado, más allá de los
recursos que posean.
San Pedro ha sido y es un ejemplo de clase gobernante subdesarrollada. En
lugar de haber concretado una política de forestación que permita ir bajando
temperaturas que, por una cuestión de cambio climático, cada vez serán más
altas, en este caso ha funcionado en la misma frecuencia que la de los vecinos
que fueron bajando un árbol tras otro.
Buscar especies adecuadas a cada barrio de la ciudad, dejar los enormes
árboles para las plazas y boulevares, especies que no rompan veredas etc. etc. Eso
fue dejado de lado para, en cambio, cortar cuando un árbol “molesta”.
En el caso de los hoy maltratados árboles del edificio del ex Correo no
se hizo nada durante los últimos años en que apareció el problema. Ahora,
cuando la situación se estaba poniendo problemática, como un viejo disco
rayado, emergió en los funcionarios la misma lógica de siempre.
Se cuenta que Perón, alguien a quien muchos nombran pero que para nada
imitan, en conversación con otra persona y ante la frase emitida por su
interlocutor de: “Es como dijo Alberdi, general, Gobernar es poblar”. Perón
contestó: “No, mi amigo, gobernar es prever”.
Para resolver de la manera en que se hizo la “poda” de los árboles del
ex Correo no necesitamos funcionarios, pongamos a cualquier vecinodestroyery ya
está.
Se manifestó, a modo de excusa, que peligraba la salud de la población.
Puede ser, no lo sé (aunque no lo creo). Pero pareciera ser que meses y meses
sin médicos en el hospital no sería un problema para la salud de la población.
El agua que brota sin cesar de entre los pavimentos de la ciudad y que
está denunciando que los caños de nuestra agua “potable” no existen más, no
sería un problema tan grande para la salud de la población.
Pareciera que no tener una Planta de tratamiento de residuos cloacales
que evite que se contamine el río que “vendemos” turísticamente, no
significaría un peligro tan grande para la salud de la población.
Parece que permitir construir edificios sin control en un sector de la
ciudad con servicios de agua y cloacas ya colapsado, no significaría un
problema tan grande para la salud de la población.
Parece que construir barrios en zonas bajas para amontonar familias en
emergencia y permitir, de paso, la liberación de terrenos para la especulación
inmobiliaria, no significaría problema alguno para la salud.
Qué bueno sería que la clase dirigente fuera igual de terminante como
lo fue con los árboles del ex Correo, para
dar solución a todos estos problemas.
Por último las golondrinas vienen aquí todos los años en su migración anual.
En dos semanas más partían hacia California. Allá, aunque muchos no sepan,
también cagan, pero la respuesta comunitaria ha sido distinta.
Se las recibe con un gran festival del que participan músicos de primer
nivel y de todo género, que termina dejando millones de dólares a la comuna.
Esto, sin lugar a dudas, da la razón a Prebisch.
Eduardo Campos
P.D. Ahora que no están los árboles del ex Correo.
¿Dónde irán las golondrinas? ¿No se les ocurrirá ir al Paseo Público? En todo
caso y, para preservar de un gran peligro para la salud de la población, ¿no
sería interesante cortar todos los árboles del paseo?