Eran las 9:40
del jueves cuando un automóvil Renault “Logan”, gris metalizado, estacionaba
sobre Carlos Pellegrini, frente al Registro del Automotor.
De él descendió
un hombre que, al acercarse el chico que cobraba el estacionamiento medido, se
puso firme y le dijo: “soy remís y enseguida salgo”
El chico se
alejó y el supuesto remisero, con pícara sonrisa como buscando complicidad, le
señaló a otro automovilista que se encontraba detrás: “Y… alguna trampita hay
que hacer”
Quienes cobran
el estacionamiento medido deberían tener un seguro de riesgo. Varios han sido
trompeados y ni hablar de insultos por parte de los que se dicen buenos.
Siempre se comenta que toda persona tiene su precio. Lo curioso es observar
cuánta gente en San Pedro vale 3 pesos.
Esta escena que
pude observar personalmente por encontrarme a metros, me permite disparar un
comentario sobre los mensajes de texto que, a diario, llegan a los medios de
comunicación.
Si uno metiera
todos estos mensajitos en una olla obtendría un solo resultado: “Pedido de
orden”.Todos quieren que haya orden y lo quieren ya.
En realidad
nunca tuve claro que tipo de orden pide la gente. Si es el orden de que todo
esté ordenado o, en cambio, piden ORDEN (que ya todos sabemos de qué se trata.
Temo que lo que
se pide en los mensajitos que llegan a los medios sea el ORDEN. ¿Por qué?
Porque “lo
facho” chorrea en el 90 por ciento de ellos. Cuando piden ORDEN en realidad
están pidiendo “Seguridad”. ¿Cuál seguridad? ¿La que dan los planes de ayuda y
subsistencia para los sectores más marginados? No, para nada. De eso también
están en contra. Piden ORDEN que es otra cosa muy diferente.
Pero,
paradójicamente, por otro lado nadie quiere observar el mínimo respeto por las
cosas establecidas, se trate de hábitos o disposiciones que lleven a una
sociedad ordenada.Lo del estacionamiento medido es anecdótico y sirve solo como
ejemplo de un sinfín de cosas por el estilo.
Actualmente se
halla en vigencia una ordenanza municipal prohibiendo la poda del arbolado
público. Se trata de la Ordenanza 5525, cuyo texto es ampliamente difundido por
los medios. Bueno, bien gracias, se tala y se poda como si nada.
Evidentemente para
esto no correría el orden que piden los mensajitos.
Pero parece ser
que para estacionar en doble fila tampoco.
O sobre línea
amarilla.
O con música a
todo volumen.
O dejar pila de
basura en los bulevares.
O barrer las
hojas a las bocas de tormenta.
O tirar bolsas
de basura en esas mismas bocas. (Esto permite luego mandar mensajitos porque
los desagües están tapados y quejarse porque la Municipalidad no hace nada)
O llenar las
plazas y caminos de basura. (Siempre de noche, por supuesto, subrepticiamente
para que nadie nos vea)
O tirar la
basura en el terreno del vecino.
O tener un
terreno lleno de yuyos y criar ratones para todo el barrio.
O pasar en rojo.
O andar con una
carrada de chicos sobre un ciclomotor. (A veces en contramano, como si nada)
O motos y
ciclomotores haciendo contraexplosiones.
O para talar
árboles con el pretexto que rompen la vereda y dejar, luego, la vereda rota y
el tocón del árbol durante años.
O tirar el agua
a la calle.
Recuerdo que,
hace ya algunos años, a partir de la instalación de cámaras que servían para
detectar infracciones de tránsito en Capital y autopistas, (las célebres
“fotomultas”), un alto número de automóviles comenzaron a circular con las
chapas patente adulteradas en una gran cantidad de formas: un colgajo que
asomaba misteriosamente del baúl y tapaba una letra o número, un compact
incrustado detrás de uno de los tornillos de la chapa, una salpicadura de barro
que, curiosamente, tapaba una letra o número, o un toque de pintura negra que
transformaba un 3 en un 8, la misma patente arqueada, doblada sobre sí misma,
una placa semitransparente cubriendo la patente o el código alfanumérico lijado
e irreconocible.
Vale decir que
hubo un montón de gente que ni se le pasó por la cabeza que debía respetar las
normas de tránsito y, en cambio, se esmeró para ver como las podía violar. Como
los perros que esconden el rabo entre las piernas para evitar que los otros
perros lo identifiquen, muchos automovilistas ocultaban su identidad.
Ahora bien,
volviendo a la lista anterior ¿Por qué tenemos esta realidad en San Pedro?
Estimo (y temo)
que sea responsabilidad pura y plena de la clase dirigente que hemos tenido en
muchos años, y que no ha sabido hacer ni hacerse respetar.
¿Las causas?
Pueden hallarse en el abanico de cosas que van desde la ineptitud a la
corrupción. Es más, podemos ponerle nombre y apellido a cada una de esas
miserias.
Muchos de los
que han pasado por la función pública zafan porque nuestra gente suele ser
fuerte con los débiles y débil con los fuertes, de ahí que el pobre sea nuestra
presa preferida y el que tiene poder zafe siempre.
Pero nuestra
dirigencia no salió de un repollo sino de una sociedad que se ha especializado
en violar todo tipo de ordenanzas o costumbres.
Sin ir más lejos
el caso de un árbol talado en una esquina, poco más de un año atrás, en la
intersección de dos calles céntricas(y que diera mucho que hablar) fue hecho
por alguien alguna vez candidato a diputado o senador por un partido político que
teníaal ORDEN como un mandamiento.
“Lo hice porque
se me cantó” le espetó al funcionario municipal que le pidió explicaciones,
agregando luego: “Háganme la multa, total, tengo un amigo en funciones que me
la va a eliminar”.
Imagina usted qué
respeto podría llegar a tener por las leyes esa persona en un cargo público,cuando no respeta las mínimas ordenanzas municipales que
hacen a la convivencia ciudadana.
Quienes piden
ORDEN lo hacen SOLO por la inseguridad. Jamás por el resto de cosas que también
son tan o más importantesque ella. El tránsito nomás se lleva en un año muchas
más vidas que las que podría arrebatar la inseguridad en décadas.
Quienes aspiran
a gobernar la ciudad deberán ponerse firmes, ordenar el funcionamiento desde el
tránsito hasta la seguridad, pasando por todos los malos hábitos que tenemos y
que deben ser corregidos. Porque, como dice el subtítulo de un programa de
NatGeo, sobre Drogas, Mercado Negro, Corrupción y otras lacras “Esto es posible
solo cuando quienes deben controlarlo se ensucian las manos”.
EDUARDO CAMPOS