La historia de la beba Federica y su familia, y de las pediatras sampedrinas Liliana Doldán
y Francisca Urrutia llegó a los medios nacionales, luego de que se hiciera
pública la intervención para salvarle la vida a la pequeña a distancia, a
través de whastapp, llamados telefónicos y contactos vía e mail.
La beba de un año y diez meses sufría de Síndrome Urémico
Hemolítico, pero estaba en Punta Cana con su familia, donde no pudieron
diagnosticarle la enfermedad.
La familia oriunda de Comodoro Rivadavia, partió en febrero de vacaciones a la
ciudad domenicana. Desde el avión, Federica comenzó a presentar un cuadro de
diarrea que derivó, a la llegada al hotel, en una asistencia en ese lugar,
luego en un centro asistencial y después en otros sanatorios.
El cuadro de la pequeña empeoraba, los diagnósticos que le
daban a la familia no la convencía, hasta que la mamá de la beba, Tamara Rial,
se contactó con las pediatras sampedrinas,
a través de su hermano que reside acá.
A través del WhastApp primero, y luego de llamados, e
intercambios de mails con otros médicos de allá, Urrutia y Doldán lograron
determinar el diagnóstico y darles indicaciones sobre cómo actuar.
Es una enfermedad grave causada por una bacteria productora
de una toxina, que suele estar presente en los alimentos y en el agua. En la
Argentina se presentan entre unos 400 y 500 casos por año y tres de cada 1.000
mueren por esta causa. La enfermedad no existe en los países de Centroamérica y
el Caribe, razón por la cual en los centros sanitarios dominicanos no estaban
preparados para atender a Federica.
La niña fue trasladada a Santo Domingo donde fue atendida
mejor y finalmente trasladada a Argentina e internada en el Hospital Italiano
donde se constató la patología y fue dada de alta a los tres días.
La actuación de Liliana y Francisca fue crucial para salvar
la vida de la pequeña; tan es así que una vez recuperada, la familia llegó a
San Pedro para agradecer a las médicas. Abrazos, llantos y emoción completaron
la historia. Un orgullo sampedrino.