La detención en el acceso a la ciudad de Marcelo Bassi, uno de los traficantes de drogas más buscados del país, puso en superficie una realidad que se hizo cada vez más evidente en los últimos diez años: la definitiva instalación de San Pedro en el mapa del narcotráfico.
El incremento del consumo y la multiplicación de “kioscos” de venta en los barrios y la zona céntrica fueron apenas síntomas de una situación mucho más grave.
Bassi y dos cómplices también rosarinos se movilizaron, al momento de robar una camioneta en el acceso a San Nicolás, en un automóvil Volkswagen Gol que tenía calcomanías de comercios sampedrinos. El propio “narco” rosarino tenía, según las primeras investigaciones, al menos un “aguantadero” en San Pedro, que sería una de sus nuevas bases de operaciones.
La llamada “hidrovía de la droga” que une Paraguay y el sur de Brasil con el delta del Paraná, y el puente aéreo de avionetas desde la frontera hasta campos en el sur santafecino y el norte bonaerense son apenas dos de las rutas por las que la droga llega a la región.
Casos testigo
Los siguientes son algunos de los episodios que, en los últimos cinco años, dan cuenta de esta realidad: