Saúl Galarza, el albañil que denunció a través de las redes sociales ser víctima de una golpiza por parte de inspectores municipales, habló a través de La Radio 92.3 sobre el incidente ocurrido en Ituzaingó y Alvear.
“Lo que pasó fue que venía en mi camioneta. Estaba pidiendo paso a los inspectores. No me dejaron pasar. Casi los choco. Alcanzo a doblar, y cuando doblo los cago a puteadas. Doy marcha atrás y les digo que están para cumplir las leyes de tránsito. Me dice uno gordo grandote que tenía un pedo bárbaro y que hice media cuadra hacia atrás” indicó Galarza, quien reconoció durante la nota que, efectivamente, estaba alcoholizado.
Según el denunciante, uno de los agentes municipales, le pegó una trompada cuando aún no había descendido del auto. “Sin bajarme del auto me pegó una piña. Cuando bajo, le digo que no me puede pegar así. Y le nombré hasta la hija porque es amiga de mi hija. Me acerco y se baja el otro con una fusta como la que usa la policía, y me empezaron a pegar” agrega Galarza.
En su testimonio radial, identificó a los dos inspectores que lo agredieron, y precisó que uno de ellos lo tenía en el suelo mientras el otro le pegaba con la fusta.
El conductor dijo que llegó gateando hasta el auto “en donde tengo un palo y ese fue el medio que tenía para defenderme y les rompí el auto”.
Galarza sostuvo que hay un testigo de lo sucedido, a quien describió como “un amigo que venía detrás de mí con una moto”.
“Sigo respirando, sigo largando sangre. Tengo puntos en el pómulo. Infinidad de hematomas en la cabeza. Tengo una costilla afectada y ni siquiera puedo dormir. Yo tengo una prótesis. Me pegaron ahí” explicó.
Galarza
Consultado sobre los motivos por los que no formuló aún la denuncia, dijo que mantuvo contactos con organismos de derechos humanos (es familiar de desaparecidos) y que no se presentó ante la Policía ni la Fiscalía local porque “trabajan con los inspectores”.
Galarza estuvo detenido, hace algunos años, imputado por su presunta vinculación con la comercialización de drogas.
“Yo soy albañil. Estaba trabajando en la casa del Turco Caston, me iba a Río Tala a terminar una casa. Después de cuatro meses me llega una orden de allanamiento vinculándome con narcotráfico. Me comí diez meses preso sin tener nada que ver y después me liberaron porque no había pruebas. En esa causa me dieron una pena en suspensión y hoy por hoy estoy dependiendo de que el mes que viene me den la libertad completa” informó sobre el tema.