La Dra. Marisa López Bravo, abogada de la familia Espíndola, recordó que no intervino en forma directa en la causa contra los inspectores municipales que persiguieron al motociclista que chocó a Maximiliano.
La abogada dijo que el fallo “era previsible” y que no estuvo “nunca de acuerdo con el tipo penal establecido por la Fiscalía de la Dra. Gabriela Ates”.
“Correspondía más el falso testimonio que el incumplimiento de los deberes de funcionario público. Me llamó mucho la atención el encuadramiento y se lo dije al papá de Maxi” explicó la letrada.
Además, remarcó su opinión de que los agentes municipales Diego Belesi y Rodolfo “Chacha” Romero estuvieron siempre asesorados por el estudio Lima, y que, aunque nunca pudo probarse, existió una incompatibilidad de funciones, ya que la Fiscal Gabriela Ates estaba defendida por los mismos abogados.
“Siempre dije que para mí estuvieron siempre asesorados por el Estudio Lima. Y que la Dra. Ates se tendría que haber excusado porque era cliente del estudio Lima, pero no puedo probarlo porque ellos siempre lo negaron” explicó.