El Grupo Conservacionista de San Pedro anunció esta mañana el hallazgo del mástil del “Republicano”, el bergantín goleta que participó en la batalla de Vuelta de Obligado.
El gigantesco palo, de más de 300 kilos, estaba desde hace años en el patio de la vivienda de un pescador de la zona.
El objeto fue recuperado por personal del Museo Paleontológico desde principios de este año.
El descubrimiento está vinculado con el descubrimiento de los restos del buque hundido en el río Paraná, en octubre del año pasado. El anuncio se realizó en enero de este año.
Hace unos 19 años, Jorge Villar,
un conocido pescador de Vuelta de Obligado, enganchó accidentalmente su red en
un sector ubicado en medio del río Paraná, frente a las costas del pequeño
poblado ubicado a 19 km al norte de la ciudad de San Pedro.
En aquel momento, Villar, junto a
un par de vecinos, tironeó con su lancha intentando recuperar su herramienta de
pesca. Después de varios intentos logró desprenderla…pero trayendo a la
superficie un mástil de madera de gran porte.
Así las cosas, decidió acercarlo
a la orilla y trasladarlo hasta el patio de su casa, lugar donde quedó
depositado durante todos estos años…
Comienzan los interrogantes
En los últimos meses, al
descubrirse en el mismo sector del río, los restos sumergidos del buque
“Republicano”, el hallazgo de Villar comenzó a tomar gran relevancia para el
equipo del Museo Paleontológico de San Pedro.
Los autores de la localización
del histórico buque, observaron que, al pasar el sonar sobre el naufragio, éste
mostró que al barco hundido le falta uno de sus mástiles, el de proa. Es decir,
el que originalmente estaba en el sector más perjudicado por la explosión
inducida por su capitán Tomas Craig al quedarse sin municiones.
En los días posteriores al
hallazgo del naufragio, desde el Museo se comenzó a pensar en la posibilidad de
que el mástil extraído por Villar fuera, muy posiblemente, el que faltaba en el
naufragio.
Inmediatamente se tomó contacto
con Osvaldo Villar, hijo del fallecido pescador, para comprobar si el viejo
mástil aún existía.
Al tanto del descubrimiento del
naufragio y, consciente de la posible importancia histórica del objeto
recuperado por su padre años atrás, no dudó en permitir que el Museo realizara
las tareas necesarias para poner a
cubierto lo que quedaba del antiguo y corroído mástil.
La recuperación
Debido al alto grado de deterioro
de la madera, se tuvo que idear y construir una especie de “camilla” de acero
de unos 6 metros de longitud, a la medida del objeto que se pretendía
recuperar.
Esta tendría unas “garras”
metálicas que pasarían por debajo del palo sin tocarlo y éste terminaría
quedando depositado sobre una larga plancha de hierro. Luego se ataría el
mástil al dispositivo, disponiendo cabos cada un metro, a los efectos de
inmovilizarlo en toda su longitud.
Como primer paso se liberó al
mástil de la tierra y vegetación que lo rodeaba, ya que su propio peso, con el
paso de los años, lo había adherido al terreno. Esta tarea demandó dos días de
cuidadosa limpieza.
En la tercera jornada se trasladó
la camilla hasta el lugar, se presentó y se acomodó para que entrara justo
debajo del mástil, pasando las planchuelas por debajo y atando cada una de
forma firme pero cuidadosa rodeando el palo.
Una vez posicionado y asegurado,
se procedió a mover el conjunto para sacarlo del lugar donde estaba y poder,
así, subirlo al transporte que lo esperaba para ser trasladado hasta el Museo
Paleontológico de San Pedro, debido a que en esos días (enero de este año), el
Museo de la Batalla estaba amenazado por la inundación que afectó a toda la
zona.
Dadas las dimensiones y estado
del elemento recuperado se solicitó la colaboración de una firma transportista,
la cual puso a disposición un camión de las características necesarias para el
traslado.
El palo se colocó sobre el
transporte inmovilizándolo con cuerdas a los laterales del mismo y amortiguando
las vibraciones con la colocación de decenas de lienzos debajo del mástil.
El traslado se cumplió con éxito,
transitando los 19 km que separan Vuelta de Obligado de San Pedro en 1 hora y
media de lento pero cuidadoso recorrido.
La construcción de la camilla de
soporte permitió que, al arribar al Museo, se lo pudiera bajar en óptimas
condiciones, participando de la meticulosa maniobra 15 personas, entre
integrantes del Museo y voluntarios que colaboraron en el traslado.
Cuidados finales
Finalmente, el mástil quedó
depositado en el patio interno de la institución, inmovilizado sobre su camilla
de soporte y envuelto totalmente por un manto de polietileno negro de 200
micrones que lo aisló del entorno durante los últimos meses.
Mientras tanto, la empresa Papel
Prensa S.A. cedió al Museo un envase de madera acorde a las necesidades del
gran objeto. Una vez recibido, dicho envase se impermeabilizó con barnices para
darle resistencia a la humedad y se ubicó en él, al histórico elemento.
En los próximos días, el equipo
del Museo Paleontológico pasará el mástil a manos de la Municipalidad de San
Pedro para que ésta determine los pasos necesarios para la conservación del
mismo y su traslado al Museo de Sitio “Batalla de Obligado”, lugar al que
pertenece.
Observaciones del Museo
Basados en las características
físicas del mástil hallado, el contexto histórico del lugar donde se lo
recuperó y los detalles geográficos conocidos para ese sector, desde el Museo
Paleontológico de San Pedro deducen algunos puntos referentes al
descubrimiento:
1-El gran mástil, actualmente muy
erosionado por los agentes climáticos, fue tallado en base a dos tramos de un
gran tronco de conífera que aún conserva los duros nudos de la madera.
Abrazando la gruesa silueta, tres grandes anillas de hierro forjado de forma
octogonal, de 7 centímetros de ancho, 10 mm de espesor y un diámetro de 50
centímetros, eran las encargadas de mantener unidos a los dos tramos de madera
con los que fue construida esta gran pieza naval.
Sobre la primera y la tercera
anilla, se observan pernos de sección cuadrangular, quebrados en sus puntas,
por lo que se infiere que llevaban, considerando su posición en el palo, una
argolla en los extremos faltantes para amarrar cabos del velamen.
Todos los herrajes observados en
el cuerpo del mástil poseen las características propias de la herrería del
siglo XIX.
2-Indudablemente, la presencia de
las tres anillas de hierro forjado y su rudimentaria forma octogonal brindan un
elemento de época muy interesante aportando, a la vez, una posibilidad de
comparación excelente si en algún momento se logra filmar o extraer el mástil
que aún posee el buque que permanece sumergido. En ese momento deberían
apreciarse otras tres anillas iguales a las del palo recuperado.
3-El sector del río donde se
recuperó el mástil, el mismo donde hoy se sabe que está hundido el
“Republicano”, presenta fondo arenoso-fangoso, ligeramente ondulado, sin
elementos que interrumpan la topografía del relieve. No existen árboles, ni
otros naufragios visibles hasta el momento, ni se han observado restos algunos
que confundan esta interpretación. La ausencia de otras estructuras que pudieran
poseer este tipo de mástiles y la comprobada existencia en el lugar del casco
sumergido del buque al que le falta precisamente uno de sus palos, lleva al
equipo del Museo a suponer que el objeto en cuestión es parte del naufragio
detectado recientemente.
4-De acuerdo a lo descripto
previamente y considerando las características de la lancha con la que Villar
logró liberar este mástil, se cree que se trata del mástil de la sección
anterior del “Republicano”. Seguramente, al haber sido la mitad del casco que
mayores daños sufrió con la explosión que le provocó el hundimiento, el mástil
fue duramente golpeado y tal vez quebrado en su base, quedando tan débilmente
unido a la estructura como para poder ser liberado por una embarcación pequeña
como la de Villar.
Las presentes consideraciones,
llevan a deducir que, debido a sus dimensiones, características físicas,
características de construcción, punto del hallazgo y contraste con las
imágenes de sonar, el palo extraído accidentalmente
por Jorge Villar, tiene todas las posibilidades de ser el palo trinquete del
bergantín “Republicano”, buque que defendió las cadenas durante el combate de
Vuelta de Obligado, en noviembre de 1845, hasta las 12.15 hs, momento en que se
hundió en medio de una gran explosión que quedó registrada en las crónicas
anglo francesas.
Por todo lo expuesto, desde el
Museo se considera haber contribuido a salvar de su desaparición a un elemento
que, tal vez, cobre gran relevancia futura como parte de nuestro patrimonio
cultural.