"En 1959 empecé en la Liga como integrante del Tribunal de Penas", contó, y agregó que después "me pusieron de secretario".
Lógico que estaba hablando cuando la Liga Deportiva Sampedrina todavía estaba en Oliveira Cézar al trescientos y algo, hasta que en 1972 se mudaron al imponente edificio actual, que con gran esfuerzo adquirieron al Banco Español.
Esa fue la casa de Pedro Barri hasta hace unos pocos años, cuando una fractura de cadera le impidió seguir en su secretaría, sentado cerquita del teléfono.
La Liga fue su pasión, su gran amor; dedicó su vida al fútbol con una honestidad y claridad que permitía a directivos de paso dejar todo a cargo de él, el "Colorado" hincha de Agricultores por descendencia familiar y de Boca.
Difícilmente iba a la cancha; sólo cuando los clubes lo convocaban para confeccionar las planillas en torneos Regionales. O cada vez que jugaba la Selección Sampedrina, su gran pasión.
Nunca se lo escuchó criticar ni quejarse. Lo suyo fue una demostración de calidez y espíritu de colaboración; no le importaba el peso de los clubes; para el "Colo" todos eran iguales.
Sentía un profundo respeto por todos los directivos, pero con Pascual Vitale y Pedrito Giglio sentía también admiración. Sin dudas porque con el presidente y el vice compartió tantos años.
Pedro Barri, el "Colorado", se fue un domingo a los 82 años; justo el día que esperaba la afición después de tantos trámites de la semana.
Será recordado por su hombría, su educación y todos los adjetivos calificativos que podamos buscar para definir a una gran persona, que permanecerá inolvidable porque el consejo liguista tuvo el acertadísimo criterio de poner su nombre a la sala de reuniones. Fue una noche de fiesta aniversario, cuando el "Colo" lloró de emoción, un rato largo lloró. (Foto)
Descansa en paz, querido amigo, y gracias por tantas noches compartidas...