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El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro ha recopilado evidencias de un marcado cambio climático sucedido hace más de 700.000 años que modificó, notablemente, la composición de la fauna que habitaba la llanura pampeana en aquel momento.
A punto de ser desintegrados por la erosión de los agentes naturales, Julio Simonini, José I. Verdón y José L. Aguilar, miembros del Museo de San Pedro detectaron fósiles de tres géneros de roedores cuyas preferencias climáticas se ubican en ambientes con condiciones claramente más frías y áridas que las que posee la región, actualmente.
Ciertos animales son excelentes indicadores de cómo era el clima en su hábitat durante épocas remotas debido a que necesitan condiciones de temperatura y humedad acotadas para poder establecerse en un área y desarrollar su vida con normalidad.
En este sentido, los fósiles descubiertos en San Pedro pertenecen a tres géneros de roedores que hoy son característicos de ambientes áridos que hoy caracterizan a las regiones patagónica y central: Dolichotis (mara o liebre patagónica), Microcavia (cuis chico) y Ctenomys (tucu-tuco).
Dolichotis, nombre científico de la mara o liebre
patagónica, es un roedor de unos 8 a 12 kilogramos que habita planicies
semiáridas en el Oeste y Sur de nuestro país y sectores desérticos ocupados por
arbustos xerófilos bajos donde halla refugio para resguardar a sus crías. Se
alimenta de pastos y posee una gran resistencia a la falta de agua gracias a su
metabolismo. Es muy común en casi toda la región patagónica.
De este animal se recuperó una rama mandibular completa con
dentición.
Microcavia australis o “cuis chico”, es el pariente sureño
del cuis que hoy conocemos en la provincia de Buenos Aires. Este pequeño roedor,
perteneciente a la familia Caviidae, igual que las maras, pesa unos 300 gramos
y mide entre 18 y 22 centímetros. Se alimenta de pastos y brotes tiernos, así
como de ciertos frutos silvestres. Cava galerías donde forma comunidades de
varios individuos.
Es un notable indicador de ambientes dominados por la
aridez.
Se halló parte de un maxilar superior incompleto.
Ctenomys o “tucu-tuco”, es un género de roedor endémico de
Sudamérica compuesto por numerosas especies que habitan, por lo general,
regiones con suelos preferentemente sueltos y áreas abiertas donde excavan
galerías habitadas por un macho, mayormente solitario.
De este roedor se halló una rama mandibular incompleta.
Un cambio climático de hace 700.000 años
Vivimos en un mundo donde se ha comenzado a hablar de un
cambio climático que podría modificar nuestra forma de vida o la distribución
de las especies.
Sin embargo, el registro fósil indica que el planeta ha
estado en permanentes cambios y fluctuaciones que han modificado los valores de
temperatura, humedad y composición de la fauna, la cual se moviliza de acuerdo
al cambio de sus hábitats y la disponibilidad de alimentos vinculados a dichos
cambios.
Los fósiles descubiertos en San Pedro fueron hallados en
sedimentos correspondientes a la última parte de la Edad Ensenadense o
“Ensenadense cuspidal”, un lapso del Pleistoceno que se caracterizó por
marcados cambios.
Dichos sedimentos, de acuerdo a la mayoría de los autores,
se depositaron entre unos 0,5 a 0,7 millones de años en gran parte de la
provincia de Buenos Aires, siendo detectables, para la zona de San Pedro, al
pie de las barrancas que se ubican en la margen derecha del río Paraná.
José Luis Aguilar, fundador del Museo sampedrino, sugiere
que “el hecho de encontrar tres roedores que hoy habitan regiones semiáridas en
amplias zonas de nuestro país revela condiciones muy diferentes a las que
poseemos actualmente en la llanura pampeana donde predomina clima con marcadas
condiciones de humedad que lo hacen inviable para estas especies.
En el caso de las maras o liebres patagónicas, su hallazgo
no deja dudas de que el norte bonaerense llegó a tener un grado de aridez muy
marcado y muy similar al que hoy podemos observar en el norte de la Patagonia,
donde este roedor tiene una importante presencia”.
Por su parte, el Dr. Eduardo Tonni, Jefe de Paleontología de
Vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y una autoridad en
paleoclima de nuestro país, opina que “tanto Dolichotis como Microcavia son
claros indicadores de condiciones áridas a semiáridas pero no necesariamente
frías. Por su parte, Ctenomys, también señala condiciones áridas o semiáridas
aunque sean locales pero no frío, ya que también se lo encuentra actualmente en
la Mesopotamia y región chaqueña. Una glaciación en cordillera ocurrida en
torno a los 700 mil años, provocó el desplazamiento oeste-este de especies
adaptadas a ambientes fríos y áridos. Este desplazamiento debió haber generado
también uno sur-norte en el cual se habrían movilizado las especies halladas en
San Pedro”.