Decenas de sampedrinos presenciaron y fueron testigos directos del trágico recital del Indio Solari en Olavarría, que terminó con dos muertos y un número no precisado de heridos y jóvenes perdidos.
Esta mañana, algunos de los asistentes dieron a conocer su experiencia a través de “Equipo de Radio”.
Daniela Panzera fue a todos los recitales que el ex líder de Los Redondos en los últimos años.
“Veníamos hablando de la mala organización. En la entrada no nos revisaron, pero es algo que venía pasando. Sin embargo, esta vez la gente entraba con Fernet, con palos. Fue mucha más gente, se pensaba que podía ser la última misa” recordó.
El artista trasmitía desde el escenario la inquietud por lo sucedido: “Lo vivimos tenso, porque a él se lo veía así. El ánimo era otro. Y a la salida fue tremendo. Habilitaron solo una calle. La gente se desmayaba. Empezaron a entrar en las casas de un barrio cercano y se subían adentro de los techos”.
Gustavo Segalat, quien viajó junto a su hijo y un grupo de amigos, habló sobre el contexto que rodeó al evento, y dejó en claro que lo sucedido no fue una sorpresa.
“Hay que sacar la palabra sorpresa. Todo el periodista o político que diga que fue sorpresa no tiene idea de lo que es un recital masivo y no tiene idea de lo que produce el Indio” precisó.
Segalat dijo que fue incluso peor a lo sucedido en el predio, lo vivido a la entrada y salida de Olavarría: “Los controles no existieron nunca. Podría haber pasado algo todavía más grave” reflexionó.
Ana Clara Umeres, coordinadora de los grupos que viajaron desde San Pedro y Baradero, dijo que “se advertía mucha violencia, se sentía un aire pesado que antes no existía, se sabía que algo podía pasar”.
En coincidencia con otros testimonios, explicó que “cuando corta el recital y se enoja, ya no arrancó con la misma onda, se confundía los temas, y finalmente no se despidió”.
La salida también fue un caos: “Cuando quisimos salir, nos cerraron el lugar por donde entrábamos. Había chicas que se desvanecían del calor. Se le bajaba la presión. Era una ola de gente que se iba moviendo para ver donde estaba la salida. Había una sola salida y pretendían que saliéramos todos por ahí. Cuando encontramos la salida eran como las 3 de la mañana”.