Momentos de tensión e incertidumbre se vivieron poco antes de la medianoche, cuando personal municipal que trabaja en el buque museo ARA Irigoyen, escuchó gritos y llantos de una mujer, sin poder precisar su origen.
El trabajador, que primero pensó en una broma de mal gusto, dio aviso, pasados unos pocos minutos, a la Policía local.
Un móvil llegó hasta el Paseo Público, de donde parecían provenir los gritos.
Tras un rastrillaje apoyados en las luces del móvil, pudieron observar en el sector en donde estuvo el muelle (retirado hace algunas semanas) que una mujer estaba en el agua.
Uno de los efectivos, Javier Ruiz Díaz, se arrojó al riacho San Pedro. Tomándose de las raíces de los árboles logró rescatar a la mujer y ponerla a resguardo.
Si bien sufrió las consecuencias de la situación, no fue necesario que se le practiquen mecanismos de RCP.
La mujer, de 40 años, fue trasladada a la guardia del Hospital por una ambulancia del servicio de emergencias. Está recibiendo tratamiento psiquiátrico y contención en el centro asistencial.