Dirigentes del proyecto Cuidadores de la Casa Común (CCC), cuyo objetivo principal es generar oportunidades de trabajo digno a jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad, en particular vinculados al procesamiento de residuos y al cuidado del medio ambiente, se reunieron con referentes locales.
El proyecto Cuidadores de la Casa Común (CCC), que se inspira en la encíclica Laudato si’ del papa Francisco y coordina el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, avanza en su instrumentación en la ciudad de San Pedro, provincia de Buenos Aires.
La directora ejecutiva del proyecto, licenciada Martha Arriola, y la presidenta de la Fundación de Estudios Regionales, doctora Sonia Herrera, se reunieron en dos parroquias con referentes locales para concretar el objetivo de generar oportunidades de trabajo digno a jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad.
El primer encuentro se realizó en
la parroquia San Luis Gonzaga y participaron educadores y referentes locales
comprometidos con la propuesta. De ese modo concluyó la primera etapa de
capacitación de los jóvenes y, junto al párroco, se conversó sobre el segundo
ciclo de CCC.
Se expusieron las propuestas que
podrían concretarse destinadas a la formación específica de los chicos que
participan de CCC en el barrio Las Canaletas, zona con significativas
necesidades socioeconómicas. Entre las iniciativas se propuso la instrucción en
el deporte del canotaje, se plateó la posibilidad de fabricar kayaks de
plástico –y el desafío de identificar a los docentes que puedan dictar esta
modalidad deportiva- además de proponer la enseñanza de gastronomía.
Finamente, Arriola y Herrera se
dirigieron a la parroquia San Roque donde se llevó a cabo la primera etapa del
curso de introducción al trabajo, en la cual se instruyó a personas recuperadas
de las adicciones, integrantes de la comunidad terapéutica Los Naranjos.
El proyecto CCC
El proyecto Cuidadores de la Casa
Común, presentado por monseñor Lugones al pontífice en 2016, tiene como
motivación principal la apuesta por superar la cultura del descarte desde los
propios “descartados y descartadas”, al reconocer –como afirma el Papa- la
relación íntima entre los pobres y la fragilidad del planeta y la convicción de
que en el mundo todo está conectado.
Para fundar CCC se unieron la
Iglesia católica, organizaciones sociales con inserción en barrios marginales
durante muchos años y diversos organismos, imbuidos en el pensamiento de la
Laudato si’, con la firme convicción de que un mundo sin “cultura del descarte”
es posible.
El objetivo principal de CCC consiste en generar oportunidades de trabajo digno a jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad, es decir desarrollar tareas de concientización, cuidado y defensa de la Casa Común, tales como: generación de plantas de procesamiento de residuos de plástico, de aparatos eléctricos y electrónicos, de residuos de vidrio, generación de energía alternativa, construcción de criadero de peces, guías de turismo ecológico, producción de alimentos orgánicos, campañas de concientización del cuidado del medio ambiente.