Tras un proyecto surgido en la Escuela Secundaria Nº 16 de La Tosquera, alumnos de esa institución harán uso de la banca abierta en el Concejo Deliberante a fin de difundir la iniciativa para señalizar las calles del barrio.
La intención es salir de la invisibilidad en la que se encuentra sumergida el barrio, que no aparece en ningún mapa.
El proyecto, impulsado desde la materia de sexto año "Proyectos de Investigación en Ciencias Sociales" -dictada por la prof. Ana Lis Sierra- consta de tres etapas: un mapeo colectivo, actividad ya realizada por la comunidad educativa; la señalización básica de calles y caminos, y la difusión del mapa.
Desde el origen del barrio, en la década de 1920, éste se encuentra en estado crítico. Así, los impulsores del proyecto sostienen que “es imprescindible visibilizar el barrio para toda la comunidad de San Pedro y, al mismo tiempo, hacer un aporte para mejorar la calidad de vida de los vecinos motivado por un problema muy concreto que afecta a todos y tiene que ver con la ausencia de trazado de calles y caminos y su correspondiente señalización”.
En ese sentido, indican que “como la dirección de todos los vecinos de La Tosquera es “Cuartel III”, no hay localización absoluta y las referencias son las familias: “al lado de la casa de tal o de cual” o los árboles: “donde terminan los eucaliptos”, “al lado del pino”.
Esta situación genera que sea muy difícil la ubicación de las personas para los que no conocen el barrio”.
El panorama se agrava ante emergencias ya que la ambulancia no puede llegar, ni la policía ni los servicios de atención escolar.
“La comunidad de San Pedro no puede ser indiferente a estas problemáticas y estamos seguros que parte de la indiferencia se origina en el desconocimiento que vuelven a este barrio (como a tantos otros de nuestra localidad) invisible. Somos conscientes que una verdadera transformación implicaría llevar adelante un proceso de urbanización social, que venga acompañado de mejores condiciones de vida para sus habitantes empezando por el trabajo digno y el acceso a los servicios básicos”, indican en el proyecto.
Historia del barrio
La comunidad educativa reconstruyó el proceso de constitución del barrio, “escondido a 10 Km. de la planta urbana”.
Lo describen como “caracterizado por barrancas, desniveles y bañados que dan cuenta de una geografía irregular y de difícil acceso”.
Son alrededor de 500 los lotes que se encuentran en paralelo al riacho Baradero, unidos por una calle serpenteada. Las viviendas se conectan con sendas peatonales.
El siguiente es parte del informe elaborado:
“Esta área demográfica tiene su origen en el año 1920 con la llegada de Don Aniceto Campodónico, oriundo de Entre Ríos, quien se instaló en la zona. A partir de ese momento comienzan a asentarse otras familias, a la vera del riacho Baradero, quienes se dedicarán a la caza y la pesca, es por ello que el asentamiento adquiere la denominación “Los cazadores”.
En el año 1983, debido a una gran creciente del río Paraná, se puede distinguir una nueva corriente migratoria, el asentamiento recibe unas 50 familias que se implantaron en una zona lindante con la tosquera del lugar y es por eso que se empezó a denominar popularmente al asentamiento, como “La Tosquera”, pasando a un segundo plano el nombre de “Los cazadores”.
Si bien los agentes estatales que intervienen en esta población y el común de la gente utiliza indistintamente cualquiera de los dos nombres, los habitantes del lugar tienen bien en claro qué sector corresponde a “Los Cazadores” y qué sector a “La Tosquera”.
En sus comienzos, la población del asentamiento se dedicaba a la caza y a la pesca, principalmente a la caza de nutrias. Pero con la llegada masiva de los pobladores isleños, a principios del ́80, las actividades de subsistencia comienzan a diversificarse debido a la escasez de los recursos antes existentes.
En la actualidad, las actividades que desarrollan son el reciclaje de la basura, donde participan desde niños hasta gente adulta; tareas rurales en viveros de la zona, principalmente en la recolección de frutos estacionales que realizan principalmente hombres; mientras que algunas mujeres se dedican a las tareas domésticas, en el casco urbano de la ciudad, para lo cual deben caminar 9 km ya que no existe ningún medio de transporte que comunique a los 2500 habitantes del asentamiento con la ciudad.
En la década del ́70 se instala a metros, sobre el Este del barrio, la fábrica Papel Prensa S.A. Para su puesta en marcha se instalaron todos los servicios: luz, gas, agua y servicios sanitarios.
Sin embargo, el barrio que yace a escasos metros debió esperar hasta 1991 para contar con agua potable y servicio eléctrico que se realizó con la financiación del Inter American Foundation.
De la misma manera que se ignoró al barrio en el acceso a los servicios, se invisibilizó su población como mano de obra, quienes comenzaron a trabajar en la fábrica provenían del centro de la ciudad e incluso de Buenos Aires.
El aumento poblacional desmedido, sufrido durante los últimos 20 años, sin planificación urbana, ha traído como una de las tantas consecuencias un incremento de la violencia callejera entre vecinos donde los mayores protagonistas son los jóvenes”.
Banca abierta
Ahora, la comunidad educativa busca apoyo político para que el proyecto pueda finalmente concretarse. Por eso, un grupo de alumnos hará uso del a banca abierta en el Concejo Deliberante, probablemente el 22 de junio, donde se espera lograr visibilizar en el sector político la situación y lograr la puesta en marcha de la iniciativa.