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Mateo Moreno, un niño de 11 años, realizó un importante descubrimiento científico en cercanías de su casa.
El pequeño vive junto a su familia a pocos metros de la cantera de la empresa “Tosquera San Pedro”.
Recorriendo el lugar, observó un trozo de roca que tenía “algo raro” mezclado con la tosca.
Al recordar el trabajo del Museo Paleontológico, pensó que podía tratarse de un material fósil, y decidió acercar ese elemento a la Directora de la Escuela 44 de La Tosquera.
Fue la docente, Marcela Girándola, quien acercó al Grupo Conservacionista el material, que fue revisado por los especialistas.
Efectivamente, se trataba del tubo caudal (la cola) de un armadillo gigante o gliptodonte del género “Neosclecalytus”.
Estos animales, de alrededor de 1,80 metros de longitud y 220 kilogramos de peso, vivieron en nuestra zona en tiempos prehistóricos. Poseían una coraza que cubría todo el cuerpo y la cola, además de un escudo óseo que la protegía la cabeza. Pese a su aspecto, eran herbívoros.
Este sábado, el Grupo Conservacionista visitó a Mateo en su casa para agradecer su gesto y entregarle algunos presentes por su tarea.