Exactamente diez años después de la aparición de Max Higgins en San Pedro con su proyecto para construir un parque Disney, el jamaiquino sigue viviendo en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires.
En las últimas horas, se publicaron en las redes sociales imágenes que muestran al empresario en Corrientes y Esmeralda de la Capital Federal.
Sentado en la vereda, delante de un maxikiosco y cubierto con una manta, respondió a los sampedrinos que lo reconocieron y lo llamaron por su nombre.
El anuncio sobre los mil millones de dólares de inversión en un predio ubicado en proximidades de Vuelta de Obligado, sobre la ruta Lucio Mansilla, fue realizado el 18 de octubre de 2007.
Su aparición, junto a extraños personajes vestidos de árabe (nunca pudo establecerse que lo fueran) y el entonces Intendente Mario Barbieri, llamó la atención de los medios nacionales, y fue objeto de burlas y comentarios de todo tipo, en una época en la que las redes sociales no existían.
Sin embargo, hay quienes atribuyen el anuncio a la campaña electoral que pocos días después le daría su segunda reelección a Barbieri. Otros, pensaron en un montaje para impulsar un negocio inmobiliario que disparó los precios de las tierras en la zona a valores disparatados.
Días más tarde, los responsables de las franquicias Disney desmentían semejante anuncio, iniciándose una serie de cruces mediáticos que terminaron en la Justicia.
A mediados del 2008, impulsó, a través de una página web, un fideicomiso internacional de inversores, al tiempo que se conocían sus problemas matrimoniales.
Al viajar a Dubai, permaneció dos meses detenido. Aunque volvió a San Pedro e insistió en su proyecto, ya nadie le creía.