La nota que publicamos a continuación fue enviada a las autoridades policiales y políticas de seguridad que participaron en la noche del viernes de una reunión sobre inseguridad rural.
El 8 de septiembre de 1856 se fundó la primera colonia agrícola argentina que se llamó Esperanza, en la Provincia de Santa Fe, por ello se celebra en dicha fecha el Día del Agricultor. El 28 de agosto de 1944, por decreto Nº 23.317, el gobierno argentino instituyó este día, considerando “que la fundación de la primera colonia agrícola, el 8 de septiembre de 1856, marca una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura”. En este día se rinde homenaje a todos los productores agropecuarios del país que con su trabajo y su esfuerzo construyen la grandeza de nuestra patria que tiene, en la agricultura, una de sus principales fuentes de desarrollo.
Debemos reiterar nuestro pedido
de disculpas por no poder estar hoy presentes físicamente. Reciban nuestro
saludo afectuoso y nuestro acompañamiento cercano. Se ha elegido, tal vez por
una causal casualidad, una particular fecha de reunión; como expresa el párrafo
introductorio es hoy el “Día del Agricultor”. Y queremos hacer uso de esta efeméride
para volver a dejar en claro, como lo hemos hecho en cada declaración o
escrito, que la agricultura no es una mera actividad económica sino un modo de
vivir. Y que como personas libres, sujetos de derechos y deberes, debe
permitírsenos elegir el modo en que deseamos coexistir.
Es preciso que las autoridades,
cualquiera sea su dependencia administrativa o gubernamental, entiendan que
amamos la tierra, y que no amamos simplemente el producto que de ella extraemos
que en efecto, no es otra cosa que el fruto del amor entre el agricultor y su
medio. Es fundamental que interpreten que encontramos en el medio rural un
espacio de realización personal, de convivencia pacífica con la naturaleza, de proyección
familiar, de defensa de las costumbres y las tradiciones. Es entonces inmediata
la necesidad de que aquel derecho, tan simple como es el elegir dónde y cómo
vivir, sea garantizado.
No vamos a claudicar en ello
aunque las floridas y laboriosas chacras sigan convirtiéndose en taperas
abandonadas, porque aún allí, entre los escombros y la yerba mala, sigue vivo
el espíritu de la familia rural. No vamos a abandonar nuestras producciones y
monitorearlas desde una casa céntrica, y no lo vamos a hacer no por capricho de
“hombre atrasado” sino porque el mundo está mirando nuevamente hacia el
interior de sus urbes, hacia la esencia de su sociedad. Seremos resistencia en
una Argentina que no garantiza vivir seguros y en estado de justicia.
El 6 de febrero de 2016 a fuerza
de disparos y una muerte despiadada nuestra familia no pude resistir más. Se
destrozó el sueño de los nietos y el anhelo de los abuelos, de permanecer, de
innovar pero continuar amando la tierra.
Era de madrugada y los grillos no
cantaban…Sonó el teléfono en la casa del pueblo y las escuetas palabras que
Ester pronunció sirvieron para saber que había pasado lo temido, lo pronosticado, lo permitido… El derecho había
sido violado. Ariel murió en el acto sin poder entrar a la casa, a la que sí
habían ingresaron previamente sin preocupación alguna los delincuentes. Lo que
sigue todos lo conocen…
Sí, el dolor es interminable; la
impotencia a veces nos domina y la indignación nos desesperanza. Pero si
ustedes están allí reunidos es porque el amor también es infinito. No claudiquen.
Y a quienes esta noche representan a la autoridad les preguntamos ¿Hasta cuándo?
¿Cuántos robos más? ¿Cuántas violaciones de derechos más? ¿Cuántas vidas más?
Y les re-preguntamos: ¿Están
identificadas las chacras rurales del partido dónde aún resisten en trincheras
las familias productoras? ¿Qué plan de trabajo en conjunto policial, médico y
judicial hay implementado para atender con premura ante la emergencia en el medio
rural? ¿Qué iniciativa políticas existen para que los caminos rurales sean
siempre transitables? ¿Qué proyectos o programas pueden generarse para expresar
la necesidad de recomponer la idea de “campo” como tejido social y accionar
políticas tendientes a su estímulo?
No queremos formular más
preguntas, queremos encontrar en sus palabras y actos las respuestas…
Familia de Ariel Lido Gomila
(Asesinado en su campo del paraje
“El Espinillo” el 6 de febrero de 2016)