En una temporada inverno-primaveral con invierno suave donde primaron el ambiente húmedo y las masas de aire polar poco intensas, sólo se realizó una noche de vigilia en la vigésima edición del “Servicio de alarma para el control de heladas”.
Fue el 20 de agosto la única ocasión en que se puso en marcha el sistema de alerta de esta tradicional actividad del INTA San Pedro a lo largo de la actual temporada.
Ese día la temperatura mínima en intemperie a 1,5 m de altura que se registró en el Observatorio Agrometeorológico de la EEA San Pedro fue de 1,1 ºC. Si bien la temperatura descendió paulatinamente, brisas de los sectores norte y oeste a mitad de la madrugada imposibilitaron allí la ocurrencia de valores negativos.
Tal como se viene realizando desde 2011 cuando se incorporaron nuevas tecnologías al servicio, alrededor de 120 usuarios recibieron la información a través del envío de mensajes de texto por SMS y WhatsApp. La información también incluyó actualizaciones horarias en Twitter (@intaheladas), y en la página de Facebook @INTAsanpedro.
La información brindada por el servicio incluye temperatura de intemperie a 1,5 m de altura, humedad relativa y velocidad y dirección del viento, registrados en el Observatorio Agrometeorológico de la EEA San Pedro.
Además en la web se pudieron consultar los datos de temperatura de intemperie a 1,5 m y 0,5 m de altura y humedad relativa de tres estaciones meteorológicas automáticas ubicadas en las localidades de Lima, Río Tala y San Nicolás.
Según las estadísticas agroclimáticas locales, sobre una base de 52 años en la serie 1965-2016, entre el 10 de agosto y el 30 de septiembre se producen en promedio alrededor de 3 heladas (con intensidad estimada de al menos – 1,0 °C a 1,5 m de altura y en intemperie) que pueden dañar a las producciones frutícolas de la región.
Sin embargo para el mismo período en 2017 no hubo valores negativos de temperatura de similares características.
Así este año fue uno de los 8 años en que no se registraron heladas, en contraposición a los 45 años (el 83% de los casos) en los que si ocurrieron. Esta circunstancia da cuenta de una temporada marcada por un ambiente sumamente húmedo y con dispersos ingresos de viento de origen polar, que no determinaron la posibilidad de ocurrencia de heladas de importancia para la fruticultura regional.