El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro descubrió centenares de fragmentos de raíces y tallos fosilizados de plantas acuáticas que vivieron durante la edad Lujanense, en el Pleistoceno superior.
El descubrimiento fue realizado por José Luis Aguilar y Bruno Rolfo, miembros del Grupo Conservacionista de Fósiles, mientras inspeccionaban un zanjeo perimetral que se realizaba en un predio rural propiedad de la familia Spósito, sector ubicado al Este del partido de San Pedro.
En un área de unos 70 m2, la excavadora removió un cúmulo de sedimentos verdes grisáceos, entre los que observaron pequeños fragmentos de un tono rojizo amarillento que llamaron la atención de los integrantes del Museo.
Pacientemente, lograron recuperar centenares de esos fragmentos que luego fueron analizados en el museo, contrastando opiniones con diferentes investigadores.
De la tarea de revisión y clasificación de los materiales fosilizados participaron el Dr. Eduardo Tonni y el Dr. Alfredo Carlini; ambos, investigadores del Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
Un hallazgo inusual
Los fósiles recuperados por el equipo del Museo de San
Pedro, corresponden a lo que, en paleontología, se denomina “moldes positivos”
de raíces y tallos de juncos que habitaron la zona hace más de 10.000 años,
durante una edad geológica denominada Lujanense.
Este es un hallazgo tan poco frecuente que los únicos
antecedentes de vegetales fósiles en el norte de Buenos Aires, datan de más de
60 años atrás, cuando el naturalista Joaquín Frenguelli y el reconocido
Florentino Ameghino, hicieron mención de casos similares.
El Dr. Tonni, del MLP, refiere que “efectivamente, son
moldes de raíces y tallos de vegetación vinculada a ambientes acuáticos. Como
se puede apreciar, tanto raíces como tallos, fueron cubiertos por una pátina
ferrosa generada, a lo largo del tiempo,
por acción bacteriana en un medio con escasa o nula presencia de oxígeno, como
puede ser un humedal, un pantano o una zona costera con poca movilidad de
agua.”
Por su parte, el Dr. Carlini, también del MLP, comenta que
“en los sedimentos de la zona que releva el Museo de San Pedro, nunca había
observado este tipo de materiales fósiles que, en ciertas ocasiones, aparecen
en sedimentos de antiguos barros, con vegetación palustre de cuerpos de agua de
poca profundidad. Un equivalente actual son los bordes de lagunas bajas con
juncales”.
Desde el Grupo Conservacionista de Fósiles, explican que
“los fragmentos fueron observados semi ocultos en un sedimento verdoso que,
dada sus características, ha sido parte del fondo de un sistema con presencia
de aguas tranquilas, muy posiblemente, lagunares. Las raíces fósiles se
presentan como pequeños tubos rojizos (producto del óxido de hierro), con
paredes del orden del milímetro de espesor, con el interior vacío, debido a que
el material orgánico que formaba la raíza originalmente, ha desaparecido
quedando sólo la costra de residuos bacterianos que formaron los moldes
positivos de aquellas raíces prehistóricas.
Los tallos fosilizados son mucho más escasos, pudiéndose
recuperar unos pocos tramos, de los cuales sólo tres o cuatro están
íntegramente conservados.
De acuerdo a las primeras apreciaciones realizadas por el
equipo del Museo Paleontológico de San Pedro, “se sabe que el hallazgo de
plantas acuáticas en el norte de Buenos Aires es un descubrimiento
extremadamente raro y de gran valor
científico ya que permitirá a los paleobotánicos (científicos que estudian las
plantas de épocas pasadas) acceder a materiales novedosos y, a la vez, escasos.
Este descubrimiento es un aporte concreto al conocimiento de
las plantas que poblaron los diferentes ecosistemas presentes en la región
durante la edad Lujanense y suma un registro muy importante a las colecciones
paleontológicas de la provincia.”