Fernando Tauber fue declarado ciudadano ilustre de San Pedro

El intendente Cecilio Salazar encabezó este martes un emotivo acto en el que se declaró a Fernando Tauber Ciudadano Ilustre de San Pedro. La ceremonia, que se llevó a cabo en el Salón Dorado del Honorable Concejo Deliberante, contó con la presencia de familiares, amigos, autoridades municipales y el presidente del HCD, Pablo Vlaeminck. En su discurso, el intendente Salazar destacó la trayectoria académica de Tauber y su compromiso con la educación pública. "Fernando es un orgullo para nuestra ciudad. Su dedicación a la educación y su lucha por una universidad pública y de calidad son un ejemplo para todos nosotros", expresó Salazar.

Descubren en San Pedro plantas acuáticas fosilizadas

El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro descubrió centenares de fragmentos de raíces y tallos fosilizados de plantas acuáticas que vivieron durante la edad Lujanense, en el Pleistoceno superior. 
El descubrimiento fue realizado por José Luis Aguilar y Bruno Rolfo, miembros del Grupo Conservacionista de Fósiles, mientras inspeccionaban un zanjeo perimetral que se realizaba en un predio rural propiedad de la familia Spósito, sector ubicado al Este del partido de San Pedro. 

En un área de unos 70 m2, la excavadora removió un cúmulo de sedimentos verdes grisáceos, entre los que observaron pequeños fragmentos de un tono rojizo amarillento que llamaron la atención de los integrantes del Museo. 
Pacientemente, lograron recuperar centenares de esos fragmentos que luego fueron analizados en el museo, contrastando opiniones con diferentes investigadores. 
De la tarea de revisión y clasificación de los materiales fosilizados participaron el Dr. Eduardo Tonni y el Dr. Alfredo Carlini; ambos, investigadores del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. 

Un hallazgo inusual
Los fósiles recuperados por el equipo del Museo de San Pedro, corresponden a lo que, en paleontología, se denomina “moldes positivos” de raíces y tallos de juncos que habitaron la zona hace más de 10.000 años, durante una edad geológica denominada Lujanense.
Este es un hallazgo tan poco frecuente que los únicos antecedentes de vegetales fósiles en el norte de Buenos Aires, datan de más de 60 años atrás, cuando el naturalista Joaquín Frenguelli y el reconocido Florentino Ameghino, hicieron mención de casos similares.
El Dr. Tonni, del MLP, refiere que “efectivamente, son moldes de raíces y tallos de vegetación vinculada a ambientes acuáticos. Como se puede apreciar, tanto raíces como tallos, fueron cubiertos por una pátina ferrosa  generada, a lo largo del tiempo, por acción bacteriana en un medio con escasa o nula presencia de oxígeno, como puede ser un humedal, un pantano o una zona costera con poca movilidad de agua.”
Por su parte, el Dr. Carlini, también del MLP, comenta que “en los sedimentos de la zona que releva el Museo de San Pedro, nunca había observado este tipo de materiales fósiles que, en ciertas ocasiones, aparecen en sedimentos de antiguos barros, con vegetación palustre de cuerpos de agua de poca profundidad. Un equivalente actual son los bordes de lagunas bajas con juncales”.
Desde el Grupo Conservacionista de Fósiles, explican que “los fragmentos fueron observados semi ocultos en un sedimento verdoso que, dada sus características, ha sido parte del fondo de un sistema con presencia de aguas tranquilas, muy posiblemente, lagunares. Las raíces fósiles se presentan como pequeños tubos rojizos (producto del óxido de hierro), con paredes del orden del milímetro de espesor, con el interior vacío, debido a que el material orgánico que formaba la raíza originalmente, ha desaparecido quedando sólo la costra de residuos bacterianos que formaron los moldes positivos de aquellas raíces prehistóricas.
Los tallos fosilizados son mucho más escasos, pudiéndose recuperar unos pocos tramos, de los cuales sólo tres o cuatro están íntegramente conservados.
De acuerdo a las primeras apreciaciones realizadas por el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro, “se sabe que el hallazgo de plantas acuáticas en el norte de Buenos Aires es un descubrimiento extremadamente raro y  de gran valor científico ya que permitirá a los paleobotánicos (científicos que estudian las plantas de épocas pasadas) acceder a materiales novedosos y, a la vez, escasos.
Este descubrimiento es un aporte concreto al conocimiento de las plantas que poblaron los diferentes ecosistemas presentes en la región durante la edad Lujanense y suma un registro muy importante a las colecciones paleontológicas de la provincia.”